¿Censura?

Por mucho que se quejase Vox, había runruneo. Y si no estaba dispuesta a largarse de la formación neofascista la única edil que les queda, deberían revalorar su nivel interno de secretismo. Cuando el río suena, agua lleva. Y en Telde los movimientos se están produciendo. Y, lo más importante, no ocurren por una cuestión de poder concreto e inmediato para regir los designios del municipio, sino más bien porque este mandato es un punto de inflexión de cara a 2027. Es decir, la historia electoral de Telde arroja que siempre (y digo siempre) NC (o sus marcas anteriores) ganaba los comicios desde 1979 hasta 2019. Podía gobernar luego o no en función de los pactos, pero era la primera fuerza y (atención) se presumía que seguiría siéndolo en la siguiente convocatoria en las urnas. Gran mérito de eso pasa por Francisco Santiago.

¿Qué ocurre ahora? Que ese eje vertebral de la política teldense en 2023 se rompió y está por ver si se reconduce en 2027. Para esto será fundamental lo que haga NC de aquí a entonces en aras de recuperar lo que ha sido uno de sus feudos históricos. ¿Quién será su cabeza de cartel? Con todo, aun sabiéndolo o no, el resto de actores políticos se están moviendo porque intuyen que Ciuca puede consolidarse, a pesar de que la gestión y el supuesto afán regenerador se tropieza con la realidad de que el mercado y el polideportivo Paco Artiles siguen cerrados. Una cosa es criticar y otra gobernar. Y el bullicio que llevó Ciuca en la bancada de la oposición ya no se ve desde que tiene responsabilidades de gobierno.

De hecho, Ciuca fue un partido secundario en la ciudad de los faycanes, no como NC. Las cartas pueden girar del todo en 2027 y por eso surgen las jugadas. Sin ir más lejos, tanto Juan Francisco Artiles como Héctor Suárez conocen de primera mano el cosmos de NC. Y, evidentemente, a nadie, incluso al PSOE, y salvo Ciuca, le interesa que ese mundo desparezca. NC la conocen. Ciuca es otra cosa.

¿Le gustaría a Más por Telde ostentar la alcaldía? Claro. Es la gran oportunidad que Artiles nunca ha tenido. Y Suárez asume que CC lo lamina, y a ver cómo se resitúa en 2027. Lo que acontece es que la concejala de Vox se necesita para pegar el revolcón. Para NC, y sobre todo para el PSOE, por la repercusión estatal, todo lo que huela a Vox espanta, y con razón. Aunque Juan Antonio Peña tiene a una exmiembro del partido de extrema derecha en el equipo de gobierno. Vox lo contamina todo.