
Es una anomalía política que Carles Puigdemont esté fuera. Tiene que retornar, en el sentido que sea. Pero solo así podrá cerrarse el círculo del ‘procés’. Mientras siga en el extranjero, la crisis catalana (y española) persistirá. No signifique que con su vuelta se arregle. Ni mucho menos. Pero sin reintegrarse, seguirá abierto el melón. Y no es por él, por lo que representa, que significa y mucho para el independentismo, sino por el espacio político que lo aupó: CiU, la burguesía catalana, los posconvergentes en la actualidad…
Pues bien, Puigdemont está decidido a emprender ese viaje. Y hacerlo al alimón de la sesión de investidura de Salvador Illa. Lo hace con la intención de dificultarla, presionando a ERC en su paso dado de dar luz verde al PSC, que no toda su militancia y público entiende o asimila fácilmente. Ese es el propósito de Junts. Y, huelga decirlo, a Pedro Sánchez (justo ahora) tampoco le supone una grata noticia. Puigdemont sería encarcelado y comenzaría el procedimiento judicial, volviendo a las andadas sobre el debate del alcance de la ley de amnistía aprobada. Y es así.
Pero el otro perjudicado es Alberto Núñez Feijóo. Me explico. Si Puigdemont regresa ya y comienza el trance judicial, la opción de la moción de censura de Feijóo (respaldada por Junts) contra Sánchez decae. El PP no podría vender ante su público esa vía teniendo a Puigdemont en prisión. Solo le vale en la medida en que Puigdemont permanezca en el extranjero.
Así las cosas, por paradójico que resulte, a todos (menos a Puigdemont y a Junts) les interesa que siga fuera de España. Y solo a él y a su formación le conviene regresar. Es el momento. Lo es para ejercer presión sobre ERC. Lo es porque solo en el presente tiene posibilidades de hacerlo como un héroe congruente para el independentismo. Lo es porque a Sánchez no le agradará. Y lo es porque Feijóo tendrá también un problema.
El gallego quedará esquinado. Con Puigdemont en prisión y con la ultraderecha merendándose los discursos del PP, a Feijóo no le quedará otra que esperar a 2027 como líder de la oposición. Y eso es mucho tiempo en política. Rocambolescamente, al PP en este instante no le favorece que Puigdemont retorne. A Sánchez tampoco. Pero al PP menos. Solo a Puigdemont le conviene que Puigdemont vuelva. Y que comience el pulso judicial. Y que el sol salga por donde salga. Le toca.
























Olga Maria Rivero Santana | Lunes, 05 de Agosto de 2024 a las 11:11:19 horas
¡¡Y tanto que es una "anomalía" lo de este "PERSONAJE" y "COMPAÑIA"!!! Por lo que ha hecho y sigue haciendo, con la "complicidad" de un Gobierno que ha actuado y actúa desde "la conveniencia personal y partidista" olvidándose del resto. Las leyes son y están para "el resto de ciudadanos" que somos, por lo visto, de "segunda clase", que pobres que noos saltemos un punto o una coma de la misma. ¡Vergüenza e injusticia para los que sí sufrieron la persecución y el exilio por la dictadura franqyista! ¡Lamentable!
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