Movimientos en Tenerife

En Tenerife el poder del PSOE está en los municipios. CC controla, junto al PP, el Cabildo y la influencia del Gobierno de Canarias. Los alcaldes socialistas tinerfeños se antojan como barones a mimar por parte de cualquier secretario general con mando en plaza. Sobre todo, los del sur de la isla. Ángel Víctor Torres lo tiene presente. Además, el PSOE es (para entendernos) más de izquierdas en Tenerife que en Gran Canaria. Conocen de primera mano lo que ha sido ATI y, por ende, barruntan con facilidad las maniobras de CC. El PP tinerfeño es muleta para CC. El rival de CC es el PSOE, y al revés. En Gran Canaria ese temple de izquierdas no está por la concurrencia de NC (otrora ICAN) y, por ende, el PSOE no ha sentido de cerca la presión de CC, lo que sí representa en Tenerife.

Con estos parámetros históricos hay que entender la moción de censura de PP, CC y ACP en el Puerto de la Cruz. Un municipio donde el PSOE rozó en 2023 la mayoría absoluta. El rincón portuense de pujanza socialista. Así las cosas, para CC es muy goloso arrebatarle el consistorio al PSOE (aunque sea para entregarle la alcaldía al PP) a la par que se ha asegurado en el Ayuntamiento de La Laguna impedir una coalición de izquierdas: PSOE, Unidas Podemos y Drago. En la ciudad estudiantil solo este pacto podía, si acaso, laminar con el tiempo a CC. No haberlo hecho, permite que PSOE y CC se cortejen mutuamente y que unos y otros gobiernen en La Laguna antes o después, en pacto o por separado. Son vías diferentes. Legítimas. Cuestión de preferencias.

Por eso Clavijo hace ver que la moción de censura en el Puerto de la Cruz no va con él. Al aruquense le reconocerá que no es partícipe, en justa reciprocidad con la generosidad socialista lagunera. El póquer tiene estas cosas. Haces una jugada y pones un rostro contrario. Torres ve venir lo que significa, especialmente tras la confianza que se había generada al alimón de la reforma de la Ley de Extranjería que cortocircuitó el PP, Vox y Junts. Al ministro no le cuadra, le duele perder este enclave norteño de Tenerife. Y tendrá que barajar cómo devolver el golpe, si es que el tablero municipal actual lo permite.

CC habrá hecho control de daños antes de lanzarse a la piscina. Que Clavijo no sepa nada o no vaya con él esta moción de censura, cuesta creerlo. Hablamos de Tenerife. Es ‘propiedad’ de CC. Allí nada se mueve sin saberlo CC. Y menos en el Puerto de la Cruz donde el turismo y los intereses empresariales van de la mano.