Ayer Fernando Clavijo se despachó en una entrevista en RNE por la mañana a son de los menores migrantes en las islas, la no reforma de la Ley de Extranjería y el rifirrafe político en Madrid. Clavijo hizo de Clavijo y, por ende, lo que queda ahora es la certeza reasegurada de que CC se siente cómoda en un tablero donde PSOE y PP no llegan a acuerdos. Es verdad que en el caso que nos ocupa estamos ante un drama humanitario de primera categoría. Y que, encima, irá a más. En otoño, con la mar en calma, para entendernos, podemos estar ante otra crisis migratoria como la que representó el muelle de Arguineguín; siendo en este 2024 el cosmos de los menores que, lamentablemente, son tildados de ‘menas’ por la ultraderecha.
Vox ha logrado que el PP apele a la solidaridad al tiempo que a la seguridad. Vox rompió con el PP pero este
último aguanta parte de la retórica de Santiago Abascal, aunque sea para no perder potenciales votantes. Se mezcla la política con la cuestión migratoria. Y todo se hace más difícil. Responsabilidades al margen, la fotografía icónica era Ángel Víctor Torres y Clavijo en Madrid yendo de la mano. La votación parlamentaria fue la que fue, con Junts también en la coctelera.
La desigualad social es (muy) política. Y la que concurre entre el Viejo Continente y África es abismal. Dos universos opuestos cuya bisagra es Canarias. Nuestro territorio se antoja como una mera plataforma para que estos adolescentes den luego el paso al continente. Pero este, a su vez, prefiere que Gran Canaria y el resto del archipiélago sea una ‘isla-cárcel’. Y en Bruselas, y en las capitales europeas, hay presencia significativa de la ultraderecha. Combatir estos mensajes xenófobos escapa de la voluntad isleña. Pero todos deben mojarse; incluso CC, pues asimismo puede ejercer de puente entre socialistas y populares. Si en algún instante hay lagunas de voluntad de interlocución, el propio Clavijo debe liderar cubrirlas.
Todo esto queda a la espera de septiembre. Será a la vuelta de las vacaciones cuando atestigüemos, pintando bastos, cómo la crisis migratoria chirría los discursos partidistas. El modo canario, apuntado por el lagunero, lo ha ostentado Torres. Y el PP canario podía haberse distanciado aún más del cuartel general de Génova. Vamos, responsabilidades compartidas. Pero implicaciones distintas. El aruquense abrió una senda de reforma legal que ha naufragado: PP, Vox y Junts votaron en bloque, rechazándola. En la Cámara Baja poco pesó el drama migratorio y más los cálculos partidistas.

























Olga Maria Rivero Santana | Sábado, 27 de Julio de 2024 a las 11:39:59 horas
Es ya REPUGNANTE la hipocresía de los partidos (todos), con éste Drama. Han estado mirado para otro lado, se tiene una especie de ¿adoración/miedo? a los países de origen, y más concretamente Marruecos, han habido diferentes "gobiernos" de distintas ideologías (YENCA POLITICA) y ¡ninguno ha cambiado nada! Lo "FÁCIL" y "RECURRENTE", cargar contra el pueblo y los ciudadanos tachándonos de RACISTAS, cuando lo único que llevamos pidiendo SOLUCIONES reales y efectivas ¡YA!. ¡Basta ya de TANTAS MENTIRAS e HIPOCRESÍAS, con éste horrible dolor, que va a seguir AUMENTANDO!
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