
Hace tiempo que de cuando en cuando llega una patera o cayuco a una de nuestras playas. Son imágenes demoledoras, gráfica y moralmente, que suponen una sacudida de conciencia. Nos recuerdan lo cercana que está la pobreza o, cuando menos, que en tierras próximas a Canarias no hay presente ni futuro. Y muchos se juegan la vida, seguramente engañados, pensando que en las islas y, principalmente, en el Viejo Continente, optarán a un porvenir. Una prosperidad que le han vendido por el televisor y el teléfono móvil, unas expectativas que no corresponden con la realidad. Pero una dosis publicitaria indirecta que les hace creer que al otro lado del muro marítimo todo es de color.
Nunca sabremos cuántos mueren en la ruta atlántica. Cadáveres arrojados a la mar o cayucos completos que no llegan a ningún destino, son la peor visión que las sociedades occidentales no digieren. Falta mucha más ayuda humanitaria e inversión en África. Por ahora solo quedan las familias de los que se embarcan pensando que antes o después recibirán la llamada cuando pisen tierra para decirles que están bien. Pero no siempre se produce. Y entonces ese silencio se torna en tristeza, lamento o autoengaño de que andarán por algún lado pero que todavía no han podido comunicarlo. Una tragedia mayúscula.
Cuando llegó la patera el viernes por la mañana a la playa de Las Burras (San Bartolomé de Tirajana) no pudo pensarse en todo lo anterior. Solo asoman las emociones y el afán por ayudar en la urgencia. Fue a primera hora de la mañana, sin tiempo aún para que el paisanaje desplegase las toallas y sombrillas, y en una de las playas principales de Gran Canaria. Los que estaban de vacaciones, tratando de desconectar del universo material, recibieron una invitación para tomarse la vida desde otra perspectiva, aunque fuese tan solo por un rato. Ya luego se sabe que sobreviene la rutina y pronto lo olvidarán.
Mientras se discute si, al menos, comienza el debate sobre la Ley de Extranjería, la realidad sigue su curso. Esta vez fue la playa de Las Burras, mañana será otro el enclave del litoral canario que reciba la patera o el cayuco. Los centros de migrantes se colapsan en el archipiélago. En la península algunos tratan de mirar hacia otro lado. Días decisivos en lo legislativo para saber si Canarias podrá aguantar en los próximos meses; la solidaridad forzada u obligada, no es solidaridad.
Jorge Benito | Lunes, 22 de Julio de 2024 a las 22:21:18 horas
Antonio Navarro: ¿ Donde está escrito que Canarias es nuestra ?
En este planeta llamado Tierra viven humanos con el derecho de emigrar en busca de un futuro mejor.
Si en vez de robarles sus materias primas ( diamantes, petróleo, etc) y propiciar guerras, para poder seguirles robando, nos dedicáramos a invertir en estos paises, no habría tanta migración. PERO LAS GRANDES MULTINACIONALES NO ENTIENDEN DE DERECHOS HUMANOS. Y si hay que matar tribus enteras, para poder talar los árboles donde viven ¡¡ ESO ESTÁ HECHO !!
Accede para votar (0) (0) Accede para responder