
(Tener la convicción o firme creencia de que algo es verdad, se va a hacer, va a suceder, se hizo, o sucedió).
Tanto en nuestra vida personal, bien a nivel individual como colectiva, puede suceder que damos cosas, situaciones o acciones por hechas, ¡porque sí!, dado que hasta un momento concreto ha ocurrido, se ha realizado lo que pensábamos y dábamos por conseguido, con lo cual ni nos planteamos que eso puede cambiar por numerosas circunstancias.
Como siempre o casi siempre, las cosas han sucedido según nuestras previsiones y deseos sin mayor complicación o implicación por nuestra parte, tanto en el terreno familiar, de pareja, de amistad, laboral, etc, nos descuidamos y creemos que no va a haber nada que cambie esa tendencia, y ahí surgen las decepciones, los lamentos, y como no, la búsqueda de “culpables”, pues ¡por supuesto! nosotros nos autoproclamamos víctimas.
Llevándolo al terreno de la política, esto les ha ocurrido a prácticamente todos los partidos y de todas las ideologías.
Han surgido y algunos han crecido como la espuma, con sus elaboradísimos discursos, que han sabido vender y por supuesto, poniéndose cada uno, como los únicos, verdaderos, puros, salvadores, etcétera y denominando a los demás como “los cocos” y los malos malísimos.
Les han funcionado, ¡quizás demasiadas veces! por lo que después de prometer y comprometerse, ¡mienten y mienten descaradamente! y aún así, vuelven a salir, con el clásico eslogan de: “¡Cuidado que los otros, todos, son los malos”!
Lo cierto, por lo menos para mí, es que ya ¡se parecen tanto!, en sus mentiras y en sus acciones, que distinguir el trigo de la paja, es cada vez más difícil.
Se hace francamente insoportable, causando vergüenza y pena, por lo que supuestamente “representan” sentarse a verlos y escucharlos.
Para cada uno de esos partidos, somos los borreguitos que al final, llegadas otras vez las deprimentes e insufribles campañas electorales nos vuelven a vender sus “cuentos bien adornados”, con sus correspondientes advertencias y amenazas de lo que son y como son el resto de partidos.
Siguen todos ellos, dando por hecho que van a seguir consiguiendo nuestra confianza, si no es por convicción por lo que dicen y vuelven a prometer, sea por ¡miedo a!….
De verdad, a estas alturas de la historia de nuestra Democracia, es hora de que los ciudadanos de a pie, el pueblo en general, reaccionemos y les demos una lección de coherencia, no considerando a “ninguno” merecedores de nuestra confianza y por lo tanto, de nuestros votos.
Que a los “mitines” no acuda ¡nadie!, aunque “regalen paseítos en guagua gratis” y “comidas también gratis”.
Que hagamos nuestras propias manifestaciones para denunciar todas éstas artimañas, sin ninguna “chapita ni pancartas” de partidos y/o sindicatos pues son y forman parte de las estructuras de los primeros.
¡Despertemos de una vez y no nos olvidemos quiénes somos, a quíénes nos perjudican y perjudicarán siempre, todas sus pifias y sus corruptelas mientras ellos y ellas, seguirán con sus confortables vidas, sin importarles de verdad, las necesidades que tengamos!
Frente al eslogan y la táctica que han empleado y siguen empleando del: “divide y vencerás” apliquemos el nuestro: “el pueblo unido, jamás será vencido”.
























Jorge Benito | Miércoles, 10 de Julio de 2024 a las 22:37:10 horas
En los municipios, las personas sin preparación, poco conocidos/as, les es más conveniente ir bajo el paraguas de un partido político que les cobija.
Agruparse conlleva ser una persona conocida, con preparación y cultura, sin la supervisión de un partido político
En una AGRUPACIÓN DE ELECTORES solo les mueve el trabajar por su pueblo y sus paisanos
POR ESA RAZÓN , son la contrapartida de los partidos políticos
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