
La verdad existe, solo que está infravalorada. Ahora, a la manipulación de la realidad la llamamos posverdad que, según la RAE, consiste en “la distorsión deliberada de la realidad que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales”.
Como nos cuenten los hechos, de qué forma nos ocultan otros, la narrativa, en definitiva, es tan importante como los hechos mismos. Es necesario, más que nunca estar atentos para que no nos cuenten cuentos chinos, en estos tiempos digitales donde la información parcial, tendenciosa, corre por las redes sin cauce ni orden, mezclándose la información con las falsas noticias con total impunidad.
Todo esto viene por la narrativa que nos quieren vender y hacer tragar de nuevo a cuenta de la productividad. Y es que los empresarios andan muy nerviosos, después del 20A, cuando gran parte de la población salió a la calle para reivindicar menos turismo y más salario.
Entre la estupefacción y el embobamiento se queda una leyendo, o escuchando, los cuentos chinos que nos quieren vender. Ahora, resulta que el verdadero problema en Canarias es la baja productividad de los canarios: en otras palabras, que no solo somos aplatanados, sino que además somos unos vagos, en definitiva, que trabajamos poco, que cogemos muchas bajas, que no pensamos en el bien común, ni en el PIB que reduciría a los desempleados, a las familias en riesgos y acabaría, para siempre, con la pobreza en las islas. Amen.
Todas estas conclusiones vienen ad hoc de un reciente estudio donde se observa la baja productividad de Canarias. He aquí la posverdad, la estrategia, el telón de humo para no hablar de subidas salariales, de medidas de precaución o mejoras en el entorno laboral. Ahora en el discurso intencionado, lo que importa resaltar es la baja productividad.
Y hay que oírlos, a los hoteleros sin un atisbo de vergüenza, insultando a los trabajadores canarios y culpándolos de todos los males existentes, desgañitándose a cuenta de la productividad. Con esta narrativa exculpatoria, el representante de los empresarios canarios, desvía así, el tema que de verdad importa, los salarios o a dónde van a parar los beneficios turísticos en unas islas que malviven de él.
A estos requiebros hoteleros, le ha respondido acertadamente, el catedrático de economía de la Universidad de la Laguna, José Luís Rivero, quien ha dicho claramente que los instrumentos utilizados para este análisis no solo son burdos, sino poco fiables. Señala que el problema de la productividad no es que la gente trabaje poco, ni está relacionado con el absentismo, sino que, en las economías avanzadas, basadas en el sector servicio como Canarias, no se pueden medir ni contabilizar con estos instrumentos, ni tomar el número de ocupados como referencia, pues se está igualando a gente que trabaja una hora con la que trabaja cincuenta.
Lo peor de todo no es que los empresarios se defiendan acusando, sino que el gobierno canario se crea sus propias mentiras y anuncie con crear un consejo asesor para estudiar qué ocurre con la productividad laboral.
El catedrático de economía nos advierte sobre los tópicos que acaban convirtiéndose en verdades admitidas pero que no tienen ningún fundamento. A esto se llama sencillamente posverdad, hacernos creer lo que no es cierto. Fue Goebbels, precisamente, político alemán,experto en demagogia y propaganda nazi, quien dijo que una mentira muchas veces repetida se convierte en verdad. Cuidado con lo que nos cuenten y con los intereses que arrastren.
Nieves Rodríguez Rivera.es profesora de Lengua y Literatura y escritora.
Carlos Alemán | Domingo, 30 de Junio de 2024 a las 17:18:21 horas
Muy acertado el artículo, como otras veces que he leído sus reflexiones.
Si todas estas grandes empresas instaladas en Canarias, con sede social fuera de Canarias, hoteleras, alimentación, banca, servicios etc., pagaran a la hacienda canaria la parte proporcional al impuesto de sociedades de los beneficios obtenidos en Canarias, otro gallo nos cantaría. No sólo subiría la productividad si no que además habría para invertir en formación y fomentar el empleo. Pero no, nuestros gobernantes, sobre todo los actuales (C.C. y P.P.) sólo se les ocurre alguna que otra "chorrada" como proponer que las subidas de los sueldos de los trabajadores los descuente de la aportación de las empresas a la Seguridad social. Menudos administradores sociales.
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