El año

El nuevo equipo de gobierno de Telde acaba de cumplir un año al frente del salón de plenos de San Juan. Es tiempo suficiente para sacar conclusiones. ¿Nos ha cambiado la vida a los teldenses en estos 365 días? Los índices macroeconómicos y sociológicos son prácticamente idénticos. ¿Y la percepción del ciudadano? Voy hablar de la mía: las calles y, sobre todo, las aceras están igual de sucias. Las zonas de los contenedores están francamente podridas, aunque sí hay que indicar que buena parte de la culpa es de la ciudadanía. En cualquier caso, al menos en Marpequeña que es donde resido, no he visto a esas maquinitas limpiadoras con agua a presión asear las áreas de contenedores.

Sí he percibido una mejoría en la atención al ciudadano en las dependencias de El Cubillo: se han acabado las citas previas –aunque en la parte final del anterior mandato se habían suprimido- y noto más agilidad en la espera (da la impresión que hay más personal o menos bajas). Donde no hay atisbo de mejora es en la atención online: mejor desistir si quieres un certificado y acudir personalmente al departamento de turno.

Respecto a los baches, se ha anunciado un ambicioso plan de asfaltado. Sobre el papel, la estrategia es novedosa porque la actuación es integral y abarca a un número de calles sobresaliente de todos los barrios. En las últimas dos legislaturas, se asfaltaban calles puntuales y por regla general a final del mandato. En cualquier caso, hay que esperar y ver si a finales de año la primera tanda está concluida. Por ahora, la vida (de los amortiguadores) sigue igual.

¿Y la Alcaldía? Pues se supone –a tenor de lo que leo en Telde Actualidad- que funciona mejor que antes. Es razonable que sea así por Juan Antonio Peña curra todos los días, mientras que la anterior edil combinaba con su labor de diputada regional. Y claro, así no funcionan las cosas: la gente no es imbécil y le pasó factura a Hernández en las urnas. Peña, además, es un alcalde madrugador, que recibe a primera hora a los conciudadanos que lo solicitan. ¿Pero es un buen gestor?, ¿los son los demás concejales? Tenemos que esperar a final de curso para responder con precisión a dichas cuestiones, aunque hay indicadores en varias áreas.

En Urbanismo, a pesar de que el anterior responsable era un auténtico desastre –la mejor noticia de este primer año es que Héctor Suárez ha sido depurado a las primeras de cambio por su nepotismo; ahí, Peña ha demostrado una determinación que no movimos en la pasada legislatura-, el actual concejal –del mismo partido que el alcalde- no da la impresión de estar a la altura, aunque el mal menor es que no ha protagonizado ningún error noticiable. Empero, el área de disciplina urbanística a pesar del esfuerzo de los funcionarios no da síntomas de que se haga cumplir la ley; de hecho, en estas mismas páginas se ha denunciado que son numerosos los negocios de ocio que operan sin licencia –hasta que ocurra una desgracia- y aún más las construcciones ilegales que afloran por el territorio municipal. Al respecto, el alcalde anunció la solicitud de personal al Cabildo –algo que no se hizo en el pasado- y me consta que ha habido incorporaciones, pero la mejoría no existe en un área tan importante como la de Urbanismo

En Turismo es una lástima que las prometidas rutas temáticas jamás se hayan llevado a cabo. ¿Existe una política real de promoción? Me da que ni se ha planteado.

El área de bienestar animal parece que la gestión es igual de mala que en el pasado. La prueba es que la persona que más sabe de esto dimitió cuando militaba en NC y ahora sólo ha aguantado un año, con la diferencia de que en esta legislatura ha sido cesada de manera fulminante –y creo que te lo mereces Auri, porque no se puede ir de por libre-. ¿Y en Parque y Jardines? Aquí, es evidente que con Álvaro Monzón funcionaba mucho mejor esta área que ahora, pero el bueno de Álvaro se enfadó con Artiles y terminó en la oposición con una chaqueta nueva.

¿Y qué pasa con Cultura, dirigida por el mismo concejal de la anterior legislatura? La mejora de la Feria del Libro ha sido sobresaliente, una mejoría que, me cuenta los proveedores de Gestel (la empresa municipal de cultura), se extiende a la mayor parte de eventos. Estuve tentado en llamar a Juan Martel para que me contara a qué se debe tal metamorfosis, pero no quise contaminarme. Pero Martel tiene asignaturas pendientes de calado: la protección y gestión del Patrimonio Histórico tiene un cero patatero. ¿Cuándo se iniciarán las prospecciones en Cuatro Puertas para transformar el yacimiento en parque arqueológico? Está en el programa electoral de Martel y tiene garantizada la financiación con el Cabildo. ¿Y con la Noria de Jinámar, declarada BIC y lleva la tira de años cerrada? ¿Y con los demás yacimientos arqueológicos? Ya verán que pasarán los tres años restantes y …. Ojalá me equivoque.

En fiesta y tenderetes sí que se lo monta fetén este Gobierno. Así lo certifican los grupos de la oposición en las conferencias de prensa que han convocado para poner a parir a Peña, a Ramos y al resto del Gobierno. Pero la credibilidad de la oposición es escasa porque la critica a una gestión debe ser ecuánime pero esta gente no ha valorado absolutamente nada. Y lo de las fiestas, lo citaban despectivamente, pero deben de estar muy bien organizadas porque en caso contrario lo hubiesen denunciado. No ha sido el caso.

Hay un asunto que me preocupa: los servicios sociales. He de confesarles que carezco de la suficiente información para realizar un análisis medianamente solvente, pero la oposición aportó datos concretos en las ruedas de prensas. Y la respuesta del Gobierno ha sido el silencio. Un inquietante mutismo porque las acusaciones fueron realmente duras. Les prometo, que la próxima vez que hable de servicios sociales lo haré con los deberes hecho.

Otra asignatura pendiente es el punto negro, negrísimo, de El Calero. Los atascos son generales (y no solo en las horas punta de entrada y salida de instituto y colegios). ¿Hay prevista alguna solución al caos? No rotundo. Es más, un año después la situación ha empeorado, porque se ha supresión la rotonda de las Rubiesas, obligando a los conductores que se dirigen a la costa a cambiar de sentido precisamente en la rotonda de El Calero. Despropósito total. La solución no es fácil porque no se puede expropiar casas para ensanchar la carretera que une el barrio con el casco, pero hay que ser osados y tomar decisiones valientes, como convertir la vía en unidireccional con destino Telde, respetando, eso sí, la salida de los vecinos en ambas direcciones. Los conductores de bajada se pueden derivar a la avenida de entrada a la ciudad a la altura de El Hornillo. Es una medida que se puede aplicar ya al tratarse de una decisión política. ¡Hay que mojarse!

Concluyo. La gestión en este primer año no alcanza, a mi juicio, el aprobado. Ni se aproxima. A pesar de ello, el alcalde merece crédito y espero, por el bien del municipio y su gente, que su gestión sea al menos óptima al final de la legislatura.

Luis Socorro es periodista y residente en Telde.