El comité de empresa del ala norte de la Residencia de Mayores de Taliarte denuncia falta de personal y retrasos en los pagos a los trabajadores. Los afectados aseguran que la situación es "crítica".
El ala norte de la Residencia de Taliarte está bajo la gestión de la Fundación Samu, la tercera empresa que gestiona el centro. "La falta de personal es un problema constante y preocupante, ya que casi todos los días se incumple con los ratios exigidos en el pliego de condiciones firmado con el Cabildo. Esta deficiencia en la dotación de personal compromete seriamente la atención que reciben nuestros mayores, quienes dependen del cuidado y apoyo continuo de los trabajadores del centro", advierten desde el comité de empresa.
Denuncian que la gestión de la Fundación Samu está siendo la "peor" de todas. La empresa carece de una sede en Canarias, solo en Sevilla, lo que dificulta las comunicaciones con la misma.
A los trabajadores se les adeuda la subida salarial pactada en el convenio, correspondiente al 2,5 % con carácter retroactivo desde enero. Y también la paga extra de verano que se tenía que haber abonado el día 15 de junio. "Este retraso en los pagos agrava la situación, generando un clima de descontento e incertidumbre entre el personal, lo cual repercute negativamente en el ambiente laboral y, en consecuencia, en la calidad del servicio proporcionado a los residentes", señalan.
Desde el comité de empresa aseguran que no dejarán de luchar para que se solventen "todas estas irregularidades". "Esperamos que el Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IASS) del Cabildo de Gran Canaria tome medidas con carácter urgente "y haga cumplir a la empresa con los ratios estipulados".
La plantilla también soporta la incertidumbre de no saber si el Cabildo va a prorrogar la gestión del centro por un año más a una empresa "que no cumple".
Adela | Martes, 02 de Julio de 2024 a las 18:40:16 horas
A parte de la falta de personal, los retrasos de los sueldos y pagas, y que no cumplen con los ratios hay más problemas. A veces, no hay material para trabajar, la lencería que se usa es escasa y deteriorada. Muchas veces no hay esponjas para bañar o los productos se tienen que pasar de un baño a otro. Instalaciones obsoletas, sillones estropeados, las ayudas técnicas no funcionan o están rotas, los colchones son una lástima, no hay suficiente lencería, ni mantas ni almohadas. La comida es pésima. Algunos residentes pueden comprar en la cafetería pero todos no son autónomos, el menú es escaso y no cumple con los requisitos alimenticios necesarios.
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