
‘El lado oscuro de la luz: contaminación lumínica y sus efectos sobre la biodiversidad’ es el título de la charla coloquio que propone Turcón Ecologistas en Acción para despedir el mes de junio. La iniciativa, organizada conjuntamente con la Asociación de Amigos de Las Pardelas, tendrá lugar el próximo viernes, a las 19.30 horas, en el Círculo Cultural de Telde.
A través de esta actividad se persigue redescubrir el cielo nocturno y su valor cultural, estético y como componente de los ciclos naturales. Y es que para muchas especies, la oscuridad de la noche es un lugar de oportunidades. En el caso de los humanos, la luz artificial es una necesidad y también un problema. La contaminación lumínica provoca que una de cada tres personas apenas vea el cielo estrellado, además de afectar al sueño y al consumo de energía.
Nada más salir del huevo, tras arañar los pocos centímetros de arena que los separan de la superficie, los alevines de tortugas marinas se enfrentan a su primera gran decisión: ¿qué dirección tomar? A un lado, el océano donde pasarán el resto de su vida, si consiguen vencer las amenazas que los acechan en el camino. Al otro, la tierra firme, donde no tienen ninguna probabilidad de supervivencia. Están solos frente a la gran decisión que marcará el resto de su vida.
Los pequeños reptiles vienen programados de serie, ya que solo tienen que saber una cosa: el mar está en la dirección más brillante. Hacia allí, el horizonte está despejado, brillan las estrellas y, con suerte, también se reflejan los destellos de la Luna. La oscuridad de la selva tras la playa es absoluta. O lo era hasta hace no mucho tiempo. Hoy, muchos de los arenales en los que las tortugas ponen sus huevos están rodeados de ciudades, con sus alumbrados públicos, sus escaparates y sus monumentos iluminados.
Y, claro, muchas tortugas se confunden. La regla de oro de dirigirse hacia el horizonte más brillante ya no les sirve. En la actualidad, una de cada cuatro tortugas marinas se ve desorientada al nacer, un porcentaje que llega a rozar el 70% en las noches sin Luna, en las que el resplandor del océano es mucho más sutil. La contaminación lumínica es, junto a las capturas y la destrucción del entorno, la mayor amenaza para las siete especies de tortuga marina que existen en el planeta, todas ellas vulnerables
A estas especies hay que añadir a los insectos y especialmente a la pardela cenicienta, que año tras año regresa a sus nidos y sus polluelos se ven desorientados por los focos y destellos de potentes luces de la ciudad.
De todo esto, de las causas de la contaminación lumínica, de la calidad del cielo, del impacto de la contaminación lumínica en los ecosistemas y el sueño, y muchas otras variables, se hablará en este coloquio.
La actividad es gratuita hasta completar el aforo y tendrá lugar en la sede del Círculo Cultural de Telde, antiguo Molino del Conde, ubicada en la calle Roque 119, en Los Llanos, con la colaboración del Círculo Cultural de Telde y la Consejería de Participación Ciudadana del Cabildo Insular de Gran Canaria.
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