A CC le es indiferente, hasta cierto punto, que en 2027 tenga a mano o no la Presidencia del Cabildo de Gran Canaria, con la opa hostil que está fomentando. Si lo obtiene, mejor que mejor. Si no es así, no pasa nada. En realidad, el objetivo es otro. Absorber a NC, aun rompiéndola, para hacerse un hueco mayor CC en Gran Canaria y, aquí está lo importante, retornar a un sistema de preeminencia en el archipiélago de CC (entiéndase, sobre todo, Tenerife) y en el que PSOE y PP pugnen por la primacía canariona. Es volver, para entendernos, a los viejos tiempos. Una época en la que, subrayo, aquí está la clave, socialistas y populares bailaban la ‘yenka’ para ser el socio escogido de los nacionalistas tinerfeños. El cortejo clásico de tres fuerzas que se disputaban las dos únicas sillas, y en el que el PSOE solía quedarse fuera. Esto es lo que está, en puridad, dirimiéndose. El resto es atrezo.
Esta dinámica que nació en 1993 la rompió Antonio Morales en 2015. Y digo Morales porque basta un mero repaso a los resultados cosechados por la izquierda canaria desde entonces para visualizar que el agüimense atesora ‘per se’ un respaldo popular superior al de NC. Es decir, Morales tiene el voto de la marca y también el de un segmento poblacional importante (asimismo en la capital) que le vota a él como dirigente político, como persona.
Cuando en 2015 se inicia el primer mandato de Morales en la Casa Palacio de Bravo Murillo, arropado en ese momento como vicepresidente por el hoy ministro Ángel Víctor Torres, lo que se logra es que Gran Canaria tenga su propio espacio político sin dependencia hacia Tenerife o, para ser exactos, a ATI. De ahí, el acoso y derribo que padeció Morales y NC que se intensificó en la campaña electoral de 2019; una táctica de tierra quemada en la que incluso participó una parte del PSOE grancanario. De hecho, en los días posteriores al recuento, el regidor tirajanero Marco Aurelio Pérez (PP-AV) subía las escaleras del edificio por la entrada noble preguntando si esa tarde tocaba ya la reunión con el PSOE para desalojar a Morales. Si no hubiese sido por el Pacto de las Flores, probablemente no hubiera habido segundo mandato de NC en la institución insular.
Entonces, ¿qué ofrece Fernando Clavijo de cara a 2027? La Vicepresidencia y Consejería de Hacienda del Gobierno de Canarias. Hoy por hoy, Clavijo tiene todas las papeletas para repetir como presidente y ser el primero en la historia de CC que acumule tres legislaturas. Sin multipartidismo estatal, CC gana o, al menos, manda en Canarias. Laminando a los herederos de ICAN, aun entregando el Cabildo de Gran Canaria al PSOE o PP, se regresa a las andadas. A saber, al esplendor inicial de CC, la que ocupa el epicentro del sistema de partidos. La renovación de NC, tan urgente, tan mediatizada, es una cortina de humo. Un pretexto.
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