Tirajaneros y galdenses

Qué importante debe ser NC para concentrar tantos titulares y expectación mediática en el transcurso de las jornadas. Un foco que, aparentemente, sería opuesto al escaso valor que se le pretende endosar. Algo que supuestamente estaría en las últimas, moribundo, desnortado… es imposible que recaiga sobre el mismo semejante interés mediático por certificar su defunción. Huelga decir que entrelíneas se desprende la ironía instrumentalizada para poner sobre el tapete que una cosa es tratar de finiquitar a NC como marca y otra bien diferente olvidar y laminar lo que significa esta tendencia política e histórica, con su propia corriente ideológica, que arranca desde la Transición.

En tiempos vacuos donde la posmodernidad ejerce de laboratorio de los experimentos más variopintos, resulta que en días convulsos como los actuales la zafra y las cucañas del sureste, los poemas denunciando la desigualdad social de Pedro Lezcano, los conciertos solidarios en el Teatro Víctor Jara y demás relato emocional arraiga a un electorado sobre el terruño, que es el suyo. Y eso sí que no se desplaza sin más. 

NC nació en el sureste y, por tanto, tendría que morir políticamente en el sureste. Las raíces impulsan y contraen nuestras propias vidas, arrojan sentido a nuestra existencia. En política ocurre igual. NC podrá dejar de ser NC aunque, de repente, asome Asamblea Canaria. Un repliegue que siempre se tercia oportuno, si vienen mal dadas.
Una opa hostil de CC a NC no prosperará. Si acaso, dividiría a NC mas no la absorbería del todo. De hecho, Agüimes y Antonio Morales (lo que representan) yuxtapone la tradición del sureste, las Tirajanas, con la pujanza galdense, comandada por Teodoro Sosa. ¿Qué NC tiene la impronta de Román Rodríguez y Carmelo Ramírez? Nada nuevo bajo el sol. De hecho, Román fue presidente del Gobierno de Canarias; condición que realza, no mengua. Ambos, junto a otras personas, fueron artífices de su nacimiento. Ya que estamos hablando de nacionalismos, y del futuro del canario, nadie se imagina (salvando las debidas distancias) separar por ejemplo la figura de Carlos Garaikoetxea de Eusko Alkartasuna, que fue obra suya como partido tras salirse precisamente del PNV y también haber sido ‘lehendakari’.

Cuatro décadas políticas en el sureste, de cristianismo social e izquierda canaria, gestan otras expectativas; con independencia de lo que NC decida libremente a nivel interno. Aunque en el cónclave del viernes se disipó la división y se encarriló la unidad en aras del relanzamiento. En esas están.