
La expansión de la vivienda vacacional es un efecto, otro más, de la crisis de la intermediación. Cuando no hace falta terceros para conectar demanda y oferta, sino que el vínculo es directo, pues cada uno le apetece hacer con su propiedad lo que quiera; eso sí, sin reparar en el daño social y a los paisanos que conlleva. Lo estamos sufriendo en Canarias. La crisis de la intermediación atañe a partidos políticos y medios de comunicación, entre otros. También al turismo, que es nuestro monocultivo económico desde el desarrollismo del tardofranquismo. El turismo de masas que ha venido y viene a Canarias es obra, en gran medida, del quehacer de los turoperadores: enlazaban a alemanes y británicos con los hoteles de las islas cuando no existía internet y, por ende, posibilidad alguna de evitar los intermediarios.
El cierre por quiebra del turoperador alemán FTI nos recuerda que el sector turístico en el archipiélago siempre
está sujeto a riesgos que no maneja. FTI, con especial incidencia en Gran Canaria y Fuerteventura, arrastra una deuda de casi mil millones de euros. Se antoja inviable. Y es otro trance que nos recuerda la caída del turoperador británico Thomas Cook en 2019, antes de la pandemia y el confinamiento. Si Ángel Víctor Torres tuvo que hacer frente, nada más llegar al poder, al adiós de Thomas Cook, Fernando Clavijo debe hacer lo propio con FTI. ¿Pero cómo se amortigua estos daños en plena era globalizadora?
El modelo de la pulserita, del todo incluido, comporta que el visitante trae consigo el paquete de disfrute previsto de antemano y, a la postre, el gasto e inversión ya cerrado. Evidentemente, los turoperadores con el paso de los años fueron cayendo en esta dinámica. Y si, al principio, era frecuente ver las guaguas con los ‘chonis’ yendo a Valleseco y Teror a conocer la zona y almorzar en modo excursión, desde hace años la realidad es que apenas salen de los hoteles. Es decir, que los propios turoperadores han participado de un error (por aquello de la búsqueda desaforada de la rentabilidad) que ahora les pasa factura.
El modelo turístico canario tiene dos retos a medio plazo. Primero, la crisis climática que aumenta la temperatura allá donde antes hacía demasiado frío e invitaba a venirse a Canarias en invierno. Segundo, la revolución digital que achica el rol desempeñado por los turoperadores. Nos salva, de momento, que los jubilados británicos y alemanes prefieren la seguridad que brinda contar con un intermediario. Con las generaciones más jóvenes la cosa cambia.
























Uno despierto | Domingo, 09 de Junio de 2024 a las 00:22:47 horas
El gobierno hace una ley de alquiler que le da mas derecho a inquilinos que a arrendadores, por lo tanto mucho arrendador no lo hace, para el riesgo que supone, eso hace retraer la oferta y hace encarecer los precios, por lo tanto no hay vivienda pues ahora le echamos la culpa al vacacional qie supone el 6
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