
No se puede gobernar en Madrid sin el nacionalismo catalán. Podrías, si acaso, obteniendo muy buenos resultados, hacerlo con el PNV. Pero a poco que te alejes más de diez escaños de los 176 necesarios para la mayoría absoluta, requerirás tirar del catalanismo. El nacionalismo catalán (y el vasco) forman parte de la Constitución material de España. Sin ambos no hay forma de entender el sistema democrático español. Así de simple y, a la vez, urgente de manera periódica: ocurrió con la Segunda República y acontece ahora. Hasta el propio Alfonso XIII precisó de las simpatías de la burguesía e industriales catalanes.
En España no se produce una mayoría absoluta desde 2011 con Mariano Rajoy. La última legislatura antes de que asomara el multipartidismo. El PSOE no dispone de mayoría absoluta desde 1989 con Felipe González, aquel año hubo que repetir las votaciones en algunas circunscripciones. Fue una mayoría absoluta a su manera. Pero José Luis Rodríguez Zapatero no pasó de la mayoría simple, tanto en 2004 como en 2008.
Y no se atisba que retornen a España las mayorías absolutas. Los efectos de la Gran Recesión de 2008, proletarización de las clases medias incluida, ha trastocado el sistema de partidos. Sin esto no hay forma de entender cómo subió Podemos (llegó a amenazar electoralmente al PSOE) y cómo Ciudadanos fue tentado a sustituir al PP. Parece que fue hace mucho tiempo ya y, sin embargo, todo esto fue el otro día.
Pase lo que pase el domingo al calor de los comicios europeos, Alberto Núñez Feijóo asume que sin Junts (y el PNV) nunca gobernará. Al menos, hasta que desaparezca Vox. Y aun desapareciendo la extrema derecha del Parlamento, no le será fácil llegar a las 176 actas. El mimo Feijóo que carga contra la ley de amnistía, corteja a Carles Puigdemont. En cierta medida, Pedro Sánchez ha hecho el trabajo más ingrato para que ahora el gallego pueda negociar con Puigdemont. El PP que lanza diatribas contra el líder independentista, más temprano que tarde, requerirá del auxilio de Junts. Mientras, los dirigentes populares vituperan al cosmos ideológico de Junts. Y con los meses o los años, Feijóo tendrá que ir a Barcelona a sentarse con los empresarios catalanes que no aceptan que Madrid les tutele sus negocios.
Hasta José María Aznar en 1996 negoció con CiU, PNV y CC. Cosa que interesadamente olvida hoy el nacionalismo español. Y tanto cedió Aznar que, por fortuna, mi generación y las siguientes se libraron de hacer la mili porque Jordi Pujol le impuso a Aznar profesionalizarla. Dios escribe con renglones torcidos.
María | Miércoles, 05 de Junio de 2024 a las 10:22:13 horas
Feijoo es un hipócrita q no tiene personalidad ninguna ,q actúa según le vaya diciendo la otra hipócrita en Europa, tantos años el PP y otros despreciando lo q dice Santiago Abascal, y ahora se adueña de sus palabras ,cuando la invasión q tenemos ahora es el islan radical y ese no se casa con nadie desde q coja ellos el poder total, y ese ahora es el miedo de Europa q están empezando a ISLAMIZAR. y ese poder se lo han brindado el PP y el PSOE con los sirvientes nacionalistas y medios, así q la hipocresía día tras día no tiene credibilidad.
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