
Vecinos de El Palmital y Lomo Peña, en el entorno de la Caldera de Bandama, denuncian la situación insostenible que están viviendo, con una ola de incivismo y vandalismo por los vertidos incontrolados de residuos, a lo que se suma ahora animales muertos al aire libre.
“No se trata solo de latas, botellas, envases, muebles, enseres y escombros de todo tipo, si no que, ante la falta absoluta de comprensión y atención por parte de la clase política, la zona se está convirtiendo en un cementerio de animales muertos al aire libre”, aseguran.
Añaden que en las últimas semanas han tenido que soportar los olores nauseabundos de varios animales, entre ellas cabras, que personas incívicas han arrojado en el lugar envueltas en bolsas de plástico.
“La sana costumbre de la gente del campo en otros tiempos de enterrar los animales muertos, tanto sean animales domésticos, mascotas, ganado vacuno, etc., en un lugar apropiado y apartado parece que se ha perdido de la peor manera posible”, aseguran.
“Desconocemos los procedimientos actuales en estos casos, pero lo penoso es ver que al comunicarlo a las autoridades sanitarias municipales, no nos dan respuesta. Ni siquiera se investigan los hechos para poder sancionar a los culpables.Los vecinos no están libres de malos olores ni en sus propias casas y mucho menos salir a pasear por los alrededores”, lamentan.
Nota de redacción: Esta denuncia ciudadana no es una noticia de la redacción de TELDEACTUALIDAD sino producto de una queja vecinal remitida para su publicación en esta sección del periódico. Por lo tanto, TA no se hace responsable de su contenido.
Cristina Valido | Sábado, 08 de Junio de 2024 a las 10:30:26 horas
Si el cuerpo sin vida de esos animalitos están envueltos de plástico, cualquier detective deduce que :
A) NO es un crimen y por tanto no hubo muerte violenta.
B) Se debe investigar al círculo más cercano a esos difuntos.
C) Debieron darle cristiana sepultura
PERO LO MÁS IMPORTANTE:
A ESTOS CERDOS , CAPACES DE COMETER ESTOS ACTOS INCíVICOS, SE LES DEBE PONER UNA PATERA Y ECHARLES DE COMER, EN MEDIO DEL CAMPO
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