
Se trata de una escultura de bulto redondo o exenta, concretamente un busto cuyo material de realización ha sido el bronce, usándose por tanto, técnica de fundición. Se trata de una obra de carácter figurativo. El personaje a una escala superior al natural nos muestra una mirada inteligente, concentrada, fija en alguna idea. Su cabeza formada por amplia cabellera que le cae en bucles por su parte trasera mientras que, en su parte frontal, queda recogida por una boina con una estrella de cinco puntas. El personaje posee bigote y una barba incipiente que parece no acabar de definirse; el realce de las cejas contribuye a dar carácter al representado, que junto a las cavidades oculares profundas, crean una zona de claroscurismo en su rostro. Su nariz alargada y ancha termina de perfilar su imagen.
Por otro lado, debemos señalar que porta una chaqueta de cuello redondo, punto de arranque del referido busto.
Justo en la parte posterior de la chaqueta del personaje, se halla la firma de la autora: Montoro, tal como ha firmado sus obras para la Ciudad de Telde. La obra se asienta sobre un curioso pedestal que se halla en el interior de una pequeña fuente cuadrada. Éste está formado por una disposición de bloques a distintas alturas, creando un escalonamiento y sobresaliendo la estructura, que a manera de vano rectangular, sirve para asentar el busto referido. Esta obra conmemorativa se ubica en el Parque Urbano de San Juan, en medio de una enorme zona verde destinada al ocio. La obra se completa con un pedestal, en el que una placa epigráfica nos narra un extracto de la carta del Ché a sus hijos:
“Crezcan como buenos revolucionarios. Estudien mucho para poder dominar la naturaleza. Acuérdense que la Revolución es lo importante y que cada uno de nosotros, sólo, no vale nada. Sobre todo, sean capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario”.
La iconografía que Eva Montoro ha usado para representar al Ché es la imagen tomada por la cámara del fotógrafo cubano Alberto Díaz Gutiérrez, más conocido con el apodo de “Korda”(por la relación con la casa fotográfica), el día 4 de marzo de 1960, día en que el gobierno cubano convoca un duelo político por el estallido del barco belga La Coubre. Al acto para cubrir la noticia del referido funeral de las víctimas, acudió el referido fotógrafo y sin imaginarlo inmortalizó el icono del Ché. Así nace una imagen muy peculiar con cara ceñuda, la ceja izquierda levemente elevada, la boina con la estrella, una chamarra cerrada al cuello (en realidad un chaquetón de cuero verde oscuro adornado con lana azul marino, que le había regalado un amigo mexicano) y el viento moviendo la melena. Es la imagen más famosa del Ché, la simbólica; la que inundará muros, camisetas, portadas de libros, pancartas, revistas, mantas.... La escultura fue inaugurada el día 27 de marzo de 2002.
El día 14 (otros apuntan el día 6) de junio de 1928 nace en la ciudad de Rosario en Argentina: Ernesto Guevara de la Serna, primer hijo del matrimonio formado por Ernesto Guevara Lynch y Celia de la Serna. En 1930 sufre el primer ataque de asma, enfermedad que no le abandonaría el resto de su vida. Su familia se traslada constantemente en busca de un lugar idóneo para hacer frente a su enfermedad. El año 1950 marcará su primer periplo, pues recorrerá 4.500 kilómetros del norte argentino en bicicleta a la que le añade un pequeño motor. A finales del año siguiente, junto a Alberto Granado realizó su primer viaje por Latinoamérica en una motocicleta. De regreso en Argentina, finaliza la carrera de médico, graduándose en 1953. Ese mismo año realiza un viaje a Bolivia por países latinoamericanos, reflejado en un Diario donde entremezcla la ironía y el humor con una percepción profundo del entorno que le rodea y que será el preludio de su formación integral revolucionaria. Se establecerá en Guatemala donde conoce a Hilda Gadea, exiliada peruana activista del APRA. Precisamente a finales de ese año, Hilda le presenta a exiliados cubanos del Movimiento 26 de Julio y Ñico López lo bautizará como “Ché”. Es una interjección típica de la forma de hablar argentina con un carácter muy familiar con el fin de llamar la atención del interlocutor. Con el referido apodo, los cubanos designaron al joven médico argentino que se uniría a su causa, como afirmaría el propio Fidel Castro: “un nombre que él hizo famoso, un nombre que él convirtió en un símbolo” .
En México, conocerá a Fidel Castro Ruiz y se sumará a la expedición planeada para derrocar a Batista en Cuba y así en el año 1959 las fuerzas revolucionarias entran gloriosas en la capital cubana. Ese año obtiene la ciudadanía cubana y se casará con Aleida March. Pero esto no le impedirá continuar viajando y recorre varios países del Medio Oriente. En octubre, es designado Jefe del Departamento de Industrias del Instituto Nacional de Reforma Agraria y luego es designado presidente del Banco Nacional de Cuba. En el año 1960 dirige el Departamento de Instrucción de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y publica: “La guerra de guerrilla”. A continuación realiza innumerables viajes en misión diplomática hasta que decide partir al Congo, pero bajo una nueva identidad: Ramón Benítez. El 22 de noviembre la misión cubana abandona aquel país. En 1966 Aleida visita al Ché en Tanzania, donde se halla clandestinamente y en marzo está en Checoslovaquia de incógnito, regresando en julio secretamente a Cuba para preparar la campaña de Bolivia. Allí, iniciará el que será su último Diario pues el día 8 de octubre de 1967, el Ché es herido y capturado por una patrulla de rángers. Al día siguiente por orden del gobierno boliviano, en connivencia con la CIA, es asesinado (1). La obra analizada fue realizada por la escultora madrileña Eva Montoro Pericás.
Notas
Para las notas biográficas recomendamos las obras:
TAIBO II,P.I.: Ernesto Guevara, también conocido como el CHE. Barcelona, 1996
KALFON, P: Che. Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo. Barcelona, 1998.
GUEVARA, E.: Che. Notas de viaje. Diario de la ruta por Latinoamérica de Ernesto Guevara. Ediciones B. Barcelona, 2002.
Idem: Ernesto Che Guevara. Otra Vez. Diario inédito del segundo viaje por Latinoamérica. Barcelona,2001,p. 12.
Idem: Ernesto Ché Guevara. Pasajes de la guerra revolucionaria. Txalaparta. Nafarroa, 1997,p.275.
GUEVARA LYNCH, E.. ...Aquí va un soldado de América. Buenos Aires, 1987.
Idem: Mi hijo el Ché. La Habana, 1988.
SÁNCHEZ DOTRES, M.: Con el Che en el recuerdo. Ediciones Libertarias. Madrid, 1999.
V.V.A.A.: Grandes Biografías: “Ché” Guevara. Edimat. Madrid,2002.
V.V. A.A.:Ernesto Che Guevara. Personajes del siglo XX. Ediciones Rueda. Madrid, 2000.


























Lola | Domingo, 02 de Junio de 2024 a las 23:14:43 horas
El artículo es impecable desde el punto de vista de la información histórica contrastada.
Leer los comentarios a esta publicación da una idea de lo que se puede llegar a decir sin mas fundamento que la superficialidad y sin que la sustente un análisis del contexto histórico de los hechos.
El presentismo es una formula delicada y poco exacta para valorar hechos acontecidos fuera del contexto actual. La dictadura de Fulgencio Batista y su tiranía fueron los antecedentes históricos que llevaron al personaje a su implicación política y militar en Cuba.
Justicia, Paz y Cultura.
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