
Javier Milei es una fábrica de revolucionarios. Sus cargas y diatribas contra la justicia social no es solo una pretendida demolición del Estado del Bienestar sino, al tiempo, revivir el conflicto entre clases sociales que fue superado tras la Segunda Guerra Mundial a mediados del pasado siglo XX al calor del pacto entre capital y trabajo, de inspiración keynesiana. Milei no destaca por sus idearios ufanos, carentes de novedad, por otro lado, con respecto al neoliberalismo, sino por unas formas descaradas propias del linaje ‘trumpista’. Milei se erige, en última instancia, como el grado más elevado de la distorsión del ‘ayusismo’ al otro lado del Atlántico.
Así las cosas, Milei está muy lejos de emular o renovar la revolución neoconservadora protagonizada por Ronald Reagan y Margaret Thatcher, que es su marco mental. Es un más de los mismo pero aliñado por la extravagancia y degradación de sus modos tornados en grotesco personaje. Queriéndolo o no, al margen de Argentina, daño social mediante, su recetario (de cumplirse) conlleva el desgarro del conflicto político y, por ende, retroceder décadas atrás para retornar a la pugna entre élites y movimiento obrero. Y, a falta de acuerdo, ambos pierden.
Milei no es que esté en contra de la justicia social, que lo está, es evidente, así lo proclama, sino que ignora deliberadamente la existencia de la cuestión social. La misma que protagonizó siglos de Historia, especialmente el XIX y XX, en el Viejo Continente. Evidentemente, Isabel Díaz Ayuso no llega tan lejos o, al menos, no se atreve a pronunciarlo de tal manera, pero comulgan ambos en un ‘trumpismo’ que ni siquiera casa con el perfil de Alberto Núñez Feijóo. Cuanto más poder disponga el ‘ayusismo’ en Madrid, cuanto más Milei se recree en visitas por España, más distanciado estará Feijóo en alcanzar La Moncloa.
Lo menos que necesita ahora el gallego es que le hagan propaganda a Milei. Un movimiento entendible en Argentina pero no en España y el entorno europeo, contagiados por el legado de la democraciacristiana. Los paseos de Milei por Madrid dan alas a Vox, refuerzan a Ayuso y lastran a Feijóo.
Sin ir más lejos, si en la pasada campaña electoral, con motivo de la pregunta que le hizo en la entrevista Silvia Intxaurrondo, a son de los recortes en las pensiones por parte de Mariano Rajoy, lo hubiese reconocido Feijóo e incluso decir que no volvería a pasar, el resultado electoral del PP hubiese sido mejor y quizá ya gobernaría. Él lo negó, aun en la televisión pública, como lo hace Milei y demás familia ‘trumpista’, y no certificó del todo que era la alternativa. Fue un error pagado en las urnas.
Ana ja | Lunes, 20 de Mayo de 2024 a las 18:15:58 horas
VIVA LA LIBERTAD....CARAJO!!!!!
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