Después de 23 años de recorrido, nadie se cuestiona el éxito de un evento como es el Pride de Maspalomas. Su recorrido y apuesta turística decida por instituciones públicas y privadas, en un formato que a lo largo de todos estos años, ha significado y significa el turismo LGBTI, para Gran Canaria en particular. Es una industria en crecimiento que se enfoca en atraer a personas del Colectivo a destinos específicos que son conocidos por ser acogedores y seguros para nuestra comunidad. Este segmento del turismo ha ido ganando importancia en los últimos años, ya que cada vez más destinos reconocen el poder adquisitivo y la influencia cultural de la comunidad LGBTI.
El Pride de Maspalomas es una oportunidad para viajar a nuestra isla, donde nos sentimos seguros y bienvenidos, especialmente si quienes nos visitan, son de países donde la discriminación aún es un problema. Precisamente el Pride de Maspalomas, al igual que muchos eventos de Orgullo alrededor del mundo, nace como una respuesta a la discriminación y la falta de derechos que enfrenta la comunidad LGBTI. Maspalomas, en Gran Canaria, es conocida por ser un destino turístico amigable, sin discriminación, ni estigmas, nace como una respuesta a la necesidad de visibilizar y defender los derechos y la dignidad de la Comunidad.
También el Pride de Maspalomas surge como una forma de celebrar la diversidad sexual y de género, así como para promover la inclusión, el respeto y la igualdad de derechos para todas las personas, independientemente de su orientación sexual o identidad de género. Además, también sirve como una plataforma para crear conciencia sobre las cuestiones que enfrenta la comunidad LGBTI y para abogar por un cambio positivo en la sociedad.
El Pride es tanto una manifestación política como una celebración cultural y después de todos estos años me atrevería a decir que tenemos que darle una pensada. Seguiremos saliendo a la calle, manifestándonos, divirtiéndonos a pie o en carroza, con plumas o sin ellas, a exigir igualdad de derechos, respeto y aceptación, pero además habría que potenciar los eventos culturales, conferencias, festivales y actividades educativas que promueven la conciencia y el entendimiento sobre las cuestiones LGBTI. Es hora que parte de las ganancias de un evento de estas características reviertan en la comunidad.
El negocio que genera el turismo LGBTI, según fuentes de la empresa que gestiona el Pride de Maspalomas, está entorno a los 120 y 150 millones de euros en 11 días. Es un beneficio económico para todos los sectores que intervienen para el desarrollo del Pride y para la isla, sin embargo, no existe una traslación de ese beneficio económico a nuestra Comunidad. Seguimos teniendo acoso en la escuela por la identidad y la orientación, sin embargo no contamos con apoyos externos para ayudar a las familias. Tampoco contamos con recursos para las personas mayores solas de nuestra Comunidad. Las pocas acciones que se realizan para la salud sexual, de quienes nos visitan o para quienes vivimos en la isla, se hace a través de ONG que tienen que luchar diariamente para mantener un servicio que debería ser público.
No se fomenta la cultura LGTBI, con encuentros literarios de autores u autoras y su correspondiente firma de libros, tampoco las exposiciones, ciclos de cine, charlas, foros de investigación, de la memoria. Aún nos queda mucho trabajo, seguiremos fomentando el Pride seguro, libre, divertido, pero que vaya cumpliendo las expectativas que como sociedad debemos exigir, el Pride de Maspalomas no será el PRIDE, hasta tanto no devuelva a la Comunidad LGTBI parte de ese beneficio del cual se presume..., desde la acera de enfrente.
Gregorio Viera Vega fue concejal socialista en el Ayuntamiento de Telde.
Roberto López | Domingo, 12 de Mayo de 2024 a las 14:01:21 horas
Cierto que desde el punto de vista turístico, no cabe duda que este evento genera ingresos, aunque no se lo que dirán los que ahora braman tanto contra los turistas que nos visitan, igual como en este caso son del colectivo LGTBI resulta que piensan que todes son muy respetuosos con la isla y el medio ambiente, no me extrañaría, la verdad, vivimos en una sociedad un tanto psicótica. Por lo demás, al margen de reivindicar la diversidad sexual (que tampoco veo que tenga mucho sentido a estas alturas), lo cierto es que en el desfile, como siempre, se realizan exhibiciones bastante vergonzosas y en plena vía pública, lo cual es censurado incluso por muchos de mis amigos homosexuales (que aunque no lo crean, los fachas también tenemos familiares y amigos muy queridos con esta condición sexual). Deberían hacerse mirar esto para próximas convocatorias.
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