Lo valiente no quita lo cortés

Nunca antes como ahora se echa en falta la cortesía, las buenas formas y el respeto de los políticos en sus intervenciones.

Duelen los oídos escucharles pues además de causar una tremenda decepción, hace que aumente también nuestra preocupación porque de una parte, no están solucionando los graves problemas de nuestro país y de otro, están generando un peligroso ambiente de enfrentamiento y odio (que realmente no existe) entre las Comunidades que lo conforman.

Las Cámaras que nos representan a todos (o debería) la han convertido en una especie de “terrero de peleas de gallo y gallinas”, donde se utilizan principalmente los insultos y las descalificaciones personales, como una forma de “achantarse” mutuamente, todo para “desviar la atención” cuando algunos de los partidos tiene cosas de “ocultar” (que ya son prácticamente todos) en vez de procurar limpiarlos y aclarar todo lo que deban.

Cuando la sociedad está haciendo un gran esfuerzo por acabar con todo esto: llámese bullying, homofobia, xenofobia y todas las fobias que atenazan la convivencia, van y se convierten ellos y ellas, en promotores del enfrentamiento y de las burlas más absurdas e intolerables y no digamos nada del “lenguaje disfrazado de original” para soltar toda clase de improperios al adversario.

Es como si de pronto, un bombero que está para apagar fuegos y proteger la naturaleza, se une a los pirómanos, convirtiéndose así en un enemigo más a quien combatir.

Hay que ser coherentes y valientes, ¡sí!; pero sin olvidar lo cortés, el respeto a  sí mismo y al resto de los que están en política, supuestamente para defender los derechos de todos, aún discrepando y proponiendo opciones, pero ¡no! lo que están haciendo.

Analizar y analizarse cada partido y a los demás únicamente por lo que hace o no hace dentro de lo que son sus obligaciones, sea a quien gobierne o a quien esté en la oposición; las familias y las cuestiones “físicas” de cada uno, se tienen que dejar ¡ya! de “usar” como arma política porque es despreciable y lo único que atrae es el rechazo de la sociedad que como digo arriba, lucha por acabar con todo estos males que sufre en sus distintas “formas y categorías” y desde luego, les pasará “factura” a todos, si siguen por ésa senda.

Lo sorprendente es que encima se “extrañen” y digan que la sociedad siente “desafección por la política”; no señores y señoras, muchos (afortunadamente) sentimos rechazo por todo éste grotesco espectáculo que están dando, un día sí y otro también, utilizando cualquier medio para seguir “enfangando” la vida y la actividad política.

A pesar de que el “modus operandi” de la clase política se esté convirtiendo en “igualitaria” en lo negativo, aún muchos seguimos creyendo que otra forma de “ser” y de “hacer” política es posible (ya hay muchos buenos ejemplos también de ello) por lo que les pido, ¡una vez más! que cambien de actitud y de formas de actuar.

Lo que están haciendo ¡no es política! y han sido elegidos para ésa noble e importantísima tarea.