
La posible desbandada de municipios que actúen al margen del Gobierno de Canarias, con la regidora Onalia Bueno abanderando el movimiento tributario, supone un desorden sobrevenido que Fernando Clavijo debe controlar. No solo porque la moganera esté cercana (aunque aún no del todo) a CC, pendiente también de qué pasa con Ciuca en Telde, sino porque la magnitud de la problemática es de relieve canario.
La conferencia de presidentes en el Parlamento, en la que se citaron Clavijo y los máximos responsables de los
cabildos, es un buen inicio. Incluso, ahí se constató que las respuestas deben ser atendiendo a cada isla, algo en lo que Antonio Morales ha hecho declaraciones al respecto, pero sin caer en la anarquía municipalista. Eso sí, Onalia Bueno, como es costumbre en ella, es capaz de destartalar todo el paisaje político de una sola tacada, con un gesto imprevisto en el que fuerza una situación de incomodidad a terceros. El delegado del Gobierno, Anselmo Pestana, bien que lo sabe a raíz de la crisis migratoria en el muelle de Arguineguín.
Con todo, la marea ciudadana que salió a las calles en Canarias, en la península, Berlín y Londres no está para pesquisas teóricas sobre impuestos, tasas y demás negociados, por muy pertinentes que sean en el ámbito político y administrativo. Eso hay que hacerlo. Pero el ánimo social no solo es otro sino que, a estas alturas, supera (con creces) la mera demanda de una ecotasa. Esto hace unos años podría haber valido, y si entonces la patronal hotelera hubiese actuado con luces largas le hubiese permitido ganar tiempo.
Sin embargo, el panorama ya es otro. Cuando apelamos a que la vivienda vacacional está carcomiendo los posibles del pueblo canario, lo ha devorado y expulsado de sus núcleos poblacionales principales, es muy sintomático sobre las dimensiones de lo que nos enfrentamos. La forma de abordarlo debe ser desde múltiples focos y preservando la lealtad institucional. Solo así los demás podrán exigirle mayor eficacia a Clavijo y Manuel Domínguez.
La conferencia de presidentes ha permitido sacar musculatura a Clavijo. Los responsables de los cabildos están en esa vía. Hace falta tiempo y orquestar preocupaciones tanto comunes como singulares de cada isla. Antes o después, Canarias unida tendrá que reclamar el concurso de Madrid y Bruselas para obtener limitaciones residenciales. La superpoblación que atenaza al archipiélago debe ser revertida. No hay servicios ni equipamientos públicos que resistan semejante presión. Sin obviar, lógicamente, la fragilidad de nuestro territorio. Demasiada tarea.

























Jose Maria | Domingo, 05 de Mayo de 2024 a las 10:07:27 horas
"Coincido totalmente ". Es más, añadiría solamente, que se han dejado ir, tanto empresarios como políticos, teniendo como referencia ya, de la demanda de la Universidad. Esperemos que no sea demasiado tarde y esto no se convierta en un nuevo "15M".
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