La intrascendental historia de una navaja

Érase una vez que era, en un viaje organizado con mucho detalle, al Aaiún, parte integrante de la antigua provincia del Sáhara Occidental Española, me ví obligado a dormir en una jaima en pleno desierto, a merced de las hienas, serpientes y camellos salvajes.

La luna, que lucía en su máximo esplendor, proporcionaba los lúmenes suficientes como para salir de madrugada para regar un poco las sedientas arenas del desierto.

Previsor que es uno, había puesto en la pequeña mochila que preparé para esa miniaventura, una navaja multiusos, para, al menos, poder defenderme en caso de ser sorprendido en pleno riego nocturno por alguna peligrosa alimaña del desierto.

No tuve que utilizarla para el fin previsto, pero ejerció algunas de sus útiles funciones.

En esa mochila, y a la hora de facturar la maleta, de regreso ya a la cotidianeidad de la vida, había introducido las medicinas (muchas) y lo que no quería perder si la maleta desaparecía, pero ¡Oh! ¡Despiste imperdonable! Olvidé sacar la navaja multiusos, entre los que no se encontraba el de la invisibilidad, por lo que, al pasar el escáner, el agente me solicitó que abriera la mochila, hasta encontrar la reiterada navaja, que fue confiscada hasta más ver, que son señas de volver!

Prometió el agente se la devolvería a nuestra organizadora del viaje, María, la próxima vez que volviera.

Yo, sinceramente, la di por perdida, pensé (por aquello de piensa mal y acertarás) que la navaja sería un objeto más de la colección de confiscaciones realizadas, con sede en el domicilio del agente.

Pero ya ves, (o debo decir ya lees) la navaja fue devuelta a María quién la tiene en su custodia, hasta que redacte y publique la crónica del viaje realizado.

Espero no se oxide, pero prometo escribir y publicar esa crónica, que enviaré a este chat para su general lectura y puesta en consideración, por si errores o lapsus hubiera o hubiese.

Hasta entonces, un afectuoso abrazo colectivo, pero con la intensidad de como si fuera individual a cada uno de los intrépidos viajantes.

Mafersa (Manuel Fernández Sarmiento) es  ingeniero técnico industrial.