
Últimamente percibo una sensación de ansiedad colectiva debido a la situación emocional de agobio, asombro, aburrimiento o de fuerte rechazo, a enfrentarnos cada día a la carga que introducimos, o nos introducen, en nuestra mochila, en nuestro estado psicológico que nos desmotiva, llámese trabajo, situación personal o familiar y como no, la política. En nada ayuda esta cada vez mas creciente polarización entre blanco o negro, verdad o mentira, realidad o ficción, conmigo o contra mi. Lo cierto es que todo ello, nos produce esa sensación de ansiedad.
La utilización torticera de los salones de plenos sea en el Senado, el Congreso o los Ayuntamientos, Cabildos o Parlamentos Autonómicos donde se sientan sus señorías. Los exabruptos lingüísticos, la utilización de información contra el adversario o contra el personal público, o de empresarios, con información personal, como el caso de Telde, donde una concejala de la oposición, de la ultraderecha cavernaria, saca a pasear sus miserias, aupada además por pseudomedios, que intentan de nuevo enfangar la vida política de nuestra ciudad.
La capacidad fiscalizadora y su obligación para hacerlo desde la oposición, así como de los medios, no se cuestiona en absoluto, se cuestiona el modo, el que todo vale con tal de infringir daño al adversario político. Pero cuando ese daño se hace a personas de forma colateral, a sabiendas además que lo hace, debería tener un coste político y ese coste es renunciar al asiento en el salón de plenos, no cabe medias tintas, la democracia se sustenta en el respeto a las reglas de juego establecidas y se utiliza, porque la política puede ser un arma de doble filo. Por un lado, es una herramienta poderosa para el cambio positivo y para abogar por los derechos y necesidades de las personas. Sin embargo, también puede ser utilizada de manera destructiva, manipulada para servir intereses particulares o generar división en la sociedad.
Estar abrumado en general, pero por la política en particular, es una experiencia común, especialmente en momentos de intensa actividad política o cuando se enfrentan situaciones desafiantes a todos los niveles. La política es compleja, polarizante y a menudo impredecible, lo que puede generar estrés y ansiedad en nuestra sociedad. Es esencial que los líderes políticos actúen con integridad y responsabilidad, priorizando el bienestar colectivo sobre intereses personales o partidistas. Esto requiere transparencia, rendición de cuentas y un compromiso genuino con el servicio público.
La utilización de la política para medrar, es decir, para obtener beneficios personales o de grupo a expensas del bienestar general, o de personas en particular, es una realidad lamentable en muchos contextos políticos. Esta práctica puede manifestarse de diversas maneras, como la corrupción, el clientelismo, el nepotismo o el abuso de poder. No hay que estar en el gobierno para desarrollar estas prácticas. Somos conscientes de ese abuso de poder, de información que la concejala de VOX en Telde utiliza de forma indebida de la misma, que además la obtiene, por ser concejala. Esto puede perjudicar seriamente la integridad de las instituciones democráticas y socavar la confianza de la ciudadanía en sus líderes y en el sistema político en general.
Es importante no dejar que esta sensación, estar abrumado, nos paralice. Tenemos que encontrar un equilibrio saludable y tomar medidas concretas para cuidar nuestro bienestar emocional, para que nos pueda ayudar a enfrentar mejor los desafíos políticos..., desde la acera de enfrente.
Gregorio Viera Vega fue concejal socialista en el Ayuntamiento de Telde.
Colacho Vera | Miércoles, 08 de Mayo de 2024 a las 00:38:07 horas
Me deja de piedra... del dicho al hecho hay bastante trecho!! cuando se escribe algo hay que gustarse y sentirlo, y no como si fuese una canción de rima, que le gusta y sienta a otros pero no a su autor, no vendas consejos a otros si para usted no tiene..
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