López Aguilar, renueva

Fue en 2009 cuando José Luis Rodríguez Zapatero lo designó como cabeza de cartel del PSOE a la Eurocámara. Su contrincante fue Jaime Mayor Oreja, del ala más conservadora del PP y amarrado al conflicto vasco desde la Transición. Desde entonces y hasta la fecha el canario ha dispuesto de una atalaya parlamentaria privilegiada tanto en Bruselas como en Estrasburgo en la que ha sido testigo y aguerrido tribuno ante los embates que la socialdemocracia ha sufrido tras la Gran Recesión de 2008 y el ‘austericidio’.

Años vitales en los que el exministro de Justicia ha acumulado trienios valiosos que ha arrojado en textos distintos, como, por ejemplo, en su ensayo ‘La socialdemocracia y el futuro de Europa’ (Catarata, 2013). Un texto que se plantea preguntas aún vigentes como cómo contener el lado oscuro de la globalización o cómo superar el Estado-nación la crisis democrática con herramientas realmente transformadoras. En puridad, numerosos palos tocó López Aguilar por aquella etapa, que persisten hoy en búsqueda de pertinente respuesta.

Es más, sin ese precedente de disyuntiva socialdemócrata, no podría entenderse la oleada posterior de populismos. Y, para más inri, la expansión de la ultraderecha que si bien en España la conocemos encarnada solo en Vox, él en Bruselas y Estrasburgo la observa reflejada en múltiples siglas que atenazan el proyecto social europeo. Extrema derecha de todos los sabores y procedencias geográficas que desdibujan cuando no merman por completo el aliento comunitario que emergió tras la Segunda Guerra Mundial con afán superador de guerras y afianzador del pacto social netamente keynesiano.

Huelga decir que para Canarias es importante que López Aguilar siga en el ámbito comunitario. Un espacio que, de lejos, le gusta y en el que amén del dominio de idiomas y su largo periplo académico, se desenvuelve como si estuviera en casa. El catedrático de Derecho Constitucional es, como un día le escuché a otro constitucionalista llamado Óscar Alzaga, un miura en términos taurinos. Vamos, un portento en argumentos para cualquier debate que se le presente. O, dicho en términos más directos, se erige seguramente en la actualidad como una de las mejores cabezas que dispone el PSOE, vengan bien o mal dadas en Ferraz. Yendo en el número trece de la plancha socialista, que es a circunscripción única estatal, supone ir en puesto de salida. Tendrá un mandato más para proseguir en su pasión europeísta en la que tendrá como misión principal pugnar, con la palabra parlamentaria en ristre, contra el peligro neofascista.