
La economía del Estado español está por encima de la media de la zona euro, y con diferencia. El crecimiento es mayor y está estabilizado, en comparación por ejemplo a Alemania. Estos y otros datos han sido arrojados por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Y la serie del primer titular indica que la economía va bien. Detengámonos.
El crecimiento económico de España en 2023 fue del 2,5% y el FMI prevé un 1,9% en 2024 y un 2,1% en 2025. Esta vez el FMI ha corregido el indicador de 2024, elevándolo cuatro décimas. Si este es el escenario español, el de la zona euro es más bien plano. A saber, en 2023 subió un 0,4% la zona euro y la proyección es de un 0,8 para 2024 y de un 1,5% para 2025. Esto supone que el FMI para la zona euro ha rebajado su expectativa un 0,1% para 2024 y un 0,2% para 2025.
Desde luego, no todo el abanico de la economía español sobresale. Por ejemplo, en cuanto a la tasa de paro el FMI no espera que descienda del 11% antes de 2030. Lo que enciende algunas alarmas pues el Gobierno central de coalición (PSOE y Sumar) tiene como propósito avanzar hacia el pleno empleo, lo que implica bajar del umbral del 10%. Una vez realizada la reforma laboral, se ha logrado estabilidad. Eso sí, falta revisar el modelo de despido y aumentar significativamente la indemnización para ajustarnos a Europa.
Para ser más exactos, el FMI calcula un 11,6% de desempleo a finales de 2024 y un 11,3% en 2025. Baja el paro pero no tanto como para cosechar tan solo el 8% al que aspira Pedro Sánchez. Con todo, quedan ya lejos los umbrales de desempleo posteriores a la crisis financiera de 2008 que nos abocó al desgarro social.
Por otro lado, la economía de Alemania está estancada. En 2023 cerró con una contracción del Producto Interior Bruto (PIB) de un 0,3%. Este año la variación del PIB, en positivo, será escasa, a juicio del FMI. Y si la locomotora económica tradicional del Viejo Continente no marcha, el resto se ve afectado. Sin Alemania, sujeta ahora a las restricciones del gas ruso fruto de la guerra entre Moscú y Ucrania, no hay forma de evitar que Estados Unidos supere aún más a la economía europea. La inestabilidad bélica, por tanto, la estamos pagando nosotros y no se nota, vistas las proyecciones del FMI, que repercuta negativamente al otro lado del Atlántico. A pesar de todo esto, la economía española va a buen ritmo. Y constituye un bálsamo social que es de agradecer.
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