¡Dios nos quiere!

Amigos lectores-as, si algo recordamos de nuestra niñez es todo aquello que nos enseñaron nuestros queridos padres. Sí, ellos fueron los primeros maestros de nuestra vida y nos decían que Dios nos creó para ser felices aquí y allá, en el Cielo cuando él nos llame.

Qué bien que todo aquello lo mantengamos vivo recordando con gusto pensamientos como: "No soy dueño de nada, ni de mi cuerpo, ni de mi inteligencia, ni del día que estoy viviendo... Sé que todo esto que tengo es un regalo de Dios que me espera en el Cielo.

Amigos-as de TELDEACTUALIDAD, no dudo que la primera palabra que aprendimos de nuestros padres fue aquella de: ¡Gracias! Sí, esa misma también debería ser nuestra primera palabra todos los días y a todas las horas: "Gracias al Amanecer, Gracias al Mediodía, gracias al Atardecer, y Gracias al Terminar el día."

De verdad que tener el regalo de la Fe nos da un Equilibrio y una Luz para caminar todos días y por ello no debemos olvidar que cada día es una gran Joya que nos ofrece Dios al abrir  nuestros ojos.

Recuerdo que una vez leí la historia de un ateo que daba una conferencia ante mucha gente defendiendo que Dios no existía y que, al final de su discurso, él desafió a cualquiera de los presentes que tuviese preguntas a que subiera a la plataforma. Sí, resultó que el conferenciante medio sorprendido vio en aquel momento que subía una persona, conocida en la localidad por ser un alcohólico que se encontraba recientemente liberado que, aceptando la invitación, sacó una naranja del bolsillo y comenzó a pelarla muy despacio delante de la gente.

El conferenciante al verlo le preguntó: "Oiga, Señor, ¿me dice Ud. si esa  naranja está dulce o amarga?" Y el hombre le contestó medio enfadado: "Oiga, no me pregunte Ud. tonterías" ¿Cómo puedo saber yo el gusto si todavía no la he probado?" y ¿Cómo puede Usted mismo saber algo de Cristo, si nunca lo ha tenido en su vida personal?"

¡Amigos lectores-as, les deseo a todos Uds. que tengan una feliz semana y que siempre disfruten leyendo TELDEACTUALIDAD! 

Francisco Martel es sacerdote.