
La principal clave de la noche electoral es la continuidad: habrá otro mandato más con un Gobierno conformado por el PNV y PSE-EE. Imanol Pradales será ‘lehendakari’ respaldado, como es habitual en la trayectoria del autogobierno vasco, por los socialistas, que ya no son lo que eran en la década de los años ochenta (no disputan la primera plaza) pero que este domingo han aumentado dos escaños. El PNV gana en votos pero pierde cuatro diputados, es una señal a tener en cuenta para la formación principal en este territorio; está a la baja.
Y es que se confirma el cambio sociológico en el País Vasco, impulsado por los más jóvenes. EH Bildu, que
aumenta 6 actas, ha empatado en escaños con el PNV y no queda lejos en votos (en torno a 3 puntos porcentuales). De hecho, EH Bildu es la primera fuerza en Guipúzcoa y Álava. El PNV resiste en su feudo tradicional: Vizcaya.
En Madrid tanto el PSOE como el PP salen contentos. Pedro Sánchez apoyará al PNV y lo hará con la justificación de que el candidato Imanol Pradales ha sido el más votado. No hay que recurrir a argumentos rebuscados. Y EH Bildu no está en condiciones de ponerle palos en la rueda a Sánchez. Aunque seguramente esta semana podrá sacar alguna propuesta como, por ejemplo, prestarse a patrocinar al PNV en aras de un nuevo bloque ‘abertzale’ frente al Estado que ahonde en el debate territorial. EH Bildu jugará a presionar y, sobre todo, a recalcar la pérdida de diputados del PNV que, por los pelos, aguanta el avance de la izquierda ‘abertzale’.
Que el PNV haya mantenido la primera posición, a pesar de todo lo anterior, denota que hay ánimo de estabilidad y de preferencia por un poder autonómico que se centre en la gestión y en una defensa de la identidad vasca que consista en evitar usurpaciones desde el Gobierno central y, especialmente, el neoespañolismo. Por eso para el PP ya la noche hubiese sido redonda si Vox no hubiese entrado en la Cámara vasca. La ultraderecha sujeta la única acta que tenía. Y el PP, que ha subido un escaño, necesita relegar del todo a Vox de cara a los comicios europeos de junio.
A fin de cuentas, el PNV sería un socio preferente para Alberto Núñez Feijóo antes o después. Y es que no olvidemos que este mismo PNV en un periodo muy corto de tiempo pasó de aprobar los Presupuestos Generales del Estado de 2018 de Mariano Rajoy a respaldar la moción de censura presentada por Pedro Sánchez. A día de hoy, el posibilismo del PNV sigue siendo su mejor baza. Y siempre buscará el pacto, un buen acuerdo. Para eso le votan.

























Olga Maria Rivero Santana | Lunes, 22 de Abril de 2024 a las 13:46:11 horas
¡Cuánta hipocresía y "doble vara de medir" que se da entre la casta política de este país y además de ésto, la utilización que unos y otros hacen de "la Memoria Histórica", donde se "blanquea" lo que les conviene, se "cuenta" también lo que les conviene y se erigen encima, en defensores de la Democracia. Que "crezca"EH Bildu, sinceramente ¡no lo entiendo!
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