
A la cacería política y mediática a la que sometió a la ex vicepresidenta de la Comunidad Valenciana Mónica Oltra, que dimitió de todos sus cargos ante la imputación por las presuntas maniobras para ocultar los abusos sexuales de su ex marido, a una menor tutelada por la Conselleria de Igualdad que dirigía Oltra, fue y así es desmontado por la justicia, “todos y cada uno de los indicios que fundamentaron en su momento las imputaciones judiciales provisionales contra las personas investigadas se ha desvanecido por completo, una vez practicadas todas las diligencias necesarias...”.
Han trascurrido dos años, pero la infamia judicial y mediática perpetrada contra ella, como así denunció en su momento, hizo su trabajo, la extrema derecha que alentó esta causa, hace posible un gobierno junto a la derecha valenciana. Este proceso, me recuerda a otro que se instó en Telde hace algunos años por un caso de corrupción en el Ayuntamiento de Telde, donde 21 personas condenadas, que se declararon culpables en aquel entonces a penas de prisión o inhabilitación por corrupción, Sin embargo, se absolvió a siete personas acusadas que defendieron su inocencia, personas de nuestro entorno que conocemos y que sufrieron esa cacería mediática y política, ya no digo del drama familiar que eso generó y genera.
Las falsas imputaciones que últimamente se están produciendo son objeto de debate y controversia. Son una táctica utilizada por algunos actores políticos para desacreditar a sus oponentes o para manipular la opinión pública en su favor. Estas imputaciones pueden variar en gravedad y pueden incluir acusaciones de corrupción, malversación de fondos, conducta inapropiada, abuso de poder, entre otros. Además pueden tener consecuencias devastadoras para la reputación y la carrera política de las personas afectadas, incluso si son posteriormente demostradas como falsas. Pueden generar desconfianza en el sistema político y socavar la confianza en las instituciones democráticas.
Las denuncias como arma política son un fenómeno común en muchos sistemas políticos. Esto ocurre cuando los políticos o los partidos utilizan denuncias falsas o exageradas para dañar la reputación de sus oponentes y obtener ventaja en la competencia política. La respuesta de la sociedad civil debe ser clara y nítida, expulsar de las instituciones democráticas a quienes van a ella, a chantajearla, a exponer sus mentiras, su odio. Hay que entender que las imputaciones falsas no solo afectan a los políticos individuales, sino que también pueden socavar la integridad del proceso político en su conjunto.
Es fundamental que los medios de comunicación, los ciudadanos y las instituciones políticas sean críticos y estemos atentos a la veracidad de las acusaciones y a las pruebas que las respaldan antes de aceptarlas como verdaderas. Hoy día, sin contrastar, sin ver su hilo de conexión, reenviamos informaciones falsas. Es fundamental que existan mecanismos efectivos para investigar y sancionar la difusión deliberada de información falsa con fines sobre todo políticos, para alcanzar el poder a costa de lo que sea y de quien sea.
Esta infamia perpetrada, desde un partido que se sienta en muchas instituciones y ejercen el poder en otras tantas, son el partido de la mentira, de la bronca, del desconocimiento y la falta de información y de formación, tengo como ejemplo el último pleno del Ayuntamiento de Telde al cual asistí. Es fundamental buscar mecanismos sólidos que eviten esta cacería que utilizan de manera maliciosa, con la difusión deliberada de información falsa con fines políticos.., desde la acera de enfrente.
Gregorio Viera Vega fue concejal socialista en el Ayuntamiento de Telde.

























Fran | Domingo, 07 de Abril de 2024 a las 20:14:38 horas
Recuerde D.Gregorio el caso del ex presidente de Valencia absuelto de todos los casos y con más de veinte portadas de El Pais
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