
Hoy, Domingo de Resurrección, es un buen día para hablar sobre una Iglesia más inclusiva. La inclusión de la mujer en la Iglesia Católica es un tema que ha generado debate y reflexión en la sociedad contemporánea. Históricamente, las mujeres han desempeñado roles significativos en la iglesia, pero su participación activa en roles de liderazgo y toma de decisiones ha sido limitada.
En un mundo donde la igualdad de género es un principio fundamental, es imperativo que la Iglesia Católica también avance hacia una mayor inclusión de las mujeres. Esto no solo es una cuestión de justicia, igualdad y equidad, sino también de aprovechar plenamente el potencial y los talentos de la mitad de su feligresía.
La exclusión de las mujeres de roles de liderazgo en la Iglesia no solo limita sus oportunidades de contribuir al desarrollo y la dirección de la comunidad católica, sino que también puede enviar un mensaje negativo sobre el valor y la dignidad de las mujeres en la sociedad en general.
Es importante reconocer que la inclusión de la mujer en la Iglesia Católica no implica la abolición de las enseñanzas doctrinales fundamentales, sino más bien una aplicación de estas enseñanzas en un contexto contemporáneo que promueva la igualdad y la justicia para todas las personas fieles.
En última instancia, la inclusión plena de las mujeres en la Iglesia Católica no solo enriquecerá la comunidad eclesial, sino que también será un paso significativo hacia la realización del ideal de una sociedad más justa, equitativa e inclusiva para todas las personas.
Diego Ojeda Ramos es exconcejal del Ayuntamiento de Telde y actual asesor en el Cabildo de Gran Canaria.

























Kevin de Armas | Lunes, 01 de Abril de 2024 a las 10:19:07 horas
Es importante reconocer que la trayectoria laboral de una persona, ya sea como profesor de religión o como político, no debería ser utilizada para desacreditar su compromiso con sus creencias o su capacidad para ejercer un cargo público. El señor Ojeda ha dedicado su vida al servicio, ya sea a través de su trabajo en la iglesia, en la escuela donde salvó a muchos como yo con el balonmano o en la política, y merece respeto por ello.
Es injusto sugerir que el señor Ojeda solo se ha preocupado por las acciones negativas de la iglesia desde que ingresó a la política, ignorando su larga experiencia y conocimiento del tema. Además, asociar sus acciones políticas con ideas populistas debido a su salario público es una simplificación injusta de sus motivaciones y compromisos.
El señor Ojeda tiene derecho a expresar sus opiniones y a trabajar por el bienestar de la comunidad, independientemente de su historial laboral anterior. Su compromiso con la justicia social y el servicio público debe ser evaluado en función de sus acciones y resultados, no de suposiciones sobre sus motivaciones personales.
Accede para votar (0) (0) Accede para responder