Gáldar y la Policía Canaria

No cabe duda que la Policía Canaria es el futuro. A medida que España avance en su federalismo asimétrico, que así será amén de la pujanza vasca y catalana, en las islas nuestro cuerpo público se seguridad irá aumentando su presencia y consolidando posiciones. De hecho, de un tiempo a esta parte se atestigua una mayor participación de la Policía Canaria en actos, eventos deportivos y fiestas populares que está ganando la simpatía ciudadana.

Es en este contexto en el que Teodoro Sosa se ha adelantado con inteligencia y le ha ofrecido al Gobierno de Canarias el edificio anexo del actual Instituto Saulo Torón para ubicar la próxima comisaría de la comarca norte de la Policía Canaria. Si en Guía está la Guardia Civil, en la ciudad de los guanartemes debería estar el cuerpo de seguridad que ampara el Estatuto de Autonomía canario.

Así se lo expuso Teodoro Sosa en la reunión mantenida con la consejera de Presidencia, Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad, Nieves Lady Barreto, en la que estuvo presente otros responsables públicos de la Consejería. El alcalde le hizo partícipe a la consejera del enorme dinamismo socioeconómico que Gáldar ha ido ganándose a pulso y le hace valedora de contar con unas infraestructuras que, encima, en el enclave ofrecido, ubicaría a la Policía Canaria en el mismo centro de Gáldar, conectada enseguida a la autovía del norte para cubrir toda la comarca.

En Gran Canaria, además de Gáldar, habría otra comisaría de zona en el sureste, más la de Las Palmas de Gran Canaria. Teodoro Sosa no ha escatimado esfuerzos y tiene en este proyecto (ideado hace tiempo) una de sus banderas principales como regidor galdense. Esperemos que prime no solo el criterio técnico y poblacional que, a buen seguro, juega a favor de Gáldar para la decisión de marras que está en manos de la Consejería de Presidencia, Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad del Gobierno de Canarias, sino también la realidad de que la ciudad de los guanartemes lidera el crecimiento (eso sí, sostenido) del norte de Gran Canaria.

Gáldar ha pegado un vuelco espectacular y, lo más importante, lo ha hecho sin perder sus esencias ni apostando por un desbordamiento del municipio. Crecer por crecer nunca tiene sentido. Más vale conservar la idiosincrasia que laminar la historia y forja de Gáldar o del territorio que se trate. En una era en la que la teoría del decrecimiento gana enteros, es importante que las políticas públicas y la proyección de las diferentes administraciones se haga desde la mesura y el respeto a la identidad canaria. Y Gáldar cumple.