
El aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) es una medida feminista. Su subida repercute especialmente en las mujeres y jóvenes, víctimas primeras de la pobreza laboral. Hemos pasado de los 736 euros en 2018 a 1.134 euros este 2024. Se trata de un alza de un 46%. Podría ser mayor pero esta meta propuesta y lograda este año casa con el plan de objetivos de Comisiones Obreras que, esencialmente, ha buscado que el SMI no sea menor del 60% del salario medio; en consonancia con la recomendación de la Carta Social Europea. Avanzar un 5% en 2024 era tarea del sindicato, al que se opuso la patronal encastillándose en una negociación donde dijo que se aceptaba el 3% o no había nada que hablar. Esa posición de enrocarse debe castigarse en la negociación para que no vuelva a esgrimirse ese todo o nada lanzado; y así ha ocurrido: un 5% para 2024.
Mejorar los salarios, dignificar el SMI, permite activar la demanda interna y combate la precariedad. Tras la Gran Recesión de 2008 y la ola de recortes, asomó en el Viejo Continente la figura del trabajador pobre; aquel (o digamos con mayor énfasis, aquella) que a pesar de tener una nómina, esta no le garantiza llegar con solvencia a final de mes. La pobreza tiene rostro de mujer.
2024 comienza con un SMI de 1.134 euros brutos al mes por 14 pagas (15.876 euros por curso) y esto redundará en 2.300.000 trabajadoras y trabajadores que, además, ganarán algo de poder adquisitivo (aumento del 5%) pues 2023 dejó como inflación media un 3,53%. De todas formas, hay que seguir avanzando en los propósitos de empoderar a la clase trabajadora ante los cánones neoliberales que aventuraban que un mejor SMI conllevaba destrucción de empleo. Falso.
Todos estos logros requieren de negociación sindical. Sin presencia de los sindicatos de clase, sin ese compromiso de clase en detrimento del corporativismo que activan otros, no se cosecha estas mejoras. Afiliarse a un sindicato (Comisiones Obreras es el más representativo en Canarias y en el conjunto del Estado) permite arrebatar estas mejoras en el mercado laboral. Y, cómo no, defenderte. Por eso el ‘trumpismo’ y las ultraderechas que anidan en Europa y España tratan de desprestigiar y aniquilar el sindicalismo de clase que es, sobre todo, feminista para luchar contra los machismos y la desigualdad social que campa a sus anchas amén del neoliberalismo. Sin organización sindical, sin sindicatos potentes, el SMI no crece. Y tampoco se consigue otras conquistas sociales; así como preservar las que las anteriores generaciones tomaron por nosotros. Los derechos que disfrutamos no son un regalo.
Juan | Lunes, 04 de Marzo de 2024 a las 07:40:49 horas
Estimado Rafael. Hay que tener un poco más de rigor con la información. Empiezas tu artículo de opinión diciendo (sic) Hemos pasado de los 736 euros en 2018 a 1.134 euros este 2024. Se trata de un alza de un 46%. Con esta afirmación, así tal cual la has redactado, das a entender que ha sido cosa del gobierno actual cuando la verdad es otra muy diferente. La mayor subida se logró con el gobierno anterior, es decir, con Unidas Podemos. Con este gobierno se ha subido un 5%, gracias a Sumar. Además, no especificas quién está al frente de las negociaciones, porque si es por el PxxE no se sube un céntimo, como ha quedado demostrado cada vez que han gobernado. Saludos.
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