
Amigos lectores-as, sepamos que, desde el día 14 de febrero, millones de cristianos vivimos con fe la Cuaresma que nos prepara a celebra de nuevo la fiesta de Pascua. El Papa Francisco el 27-II-24 nos pidió que recemos durante este tiempo por aquellos que, en diferentes partes del Mundo, arriesgan sus vidas por el Evangelio, para que contagien a la Iglesia con su Valentía y fervor Misionero. Asímismo él contó una historia que presenció durante una visita que hizo a un Campo de refugiados en la isla griega de Lesbos, donde un hombre musulmán le contó la muerte de su esposa cristiana que se negó a renunciar a su Fe.
Él mismo le dijo así al Papa: “Papa Francisco, yo soy musulmán y mi mujer era cristiana pero llegaron los terroristas a nuestro país, nos miraron y nos preguntaron nuestra religión, pero al ver a mi mujer con el crucifijo le dijeron que lo tirara al suelo y ella no lo hizo y la degollaron delante de mí.”
Ante aquello que le decía el Papa elogió la Valentía y la Fe de su mujer, cuyo ejemplo de amor a Cristo la llevó a aceptar y mantenerse fiel hasta la muerte. Asimismo el Papa destacó también la actitud del esposo, hombre que no se dejó llevar por el rencor, sino que se centró “en el ejemplo de amor de su mujer”.
Amigos lectores-as, les animo en este tiempo de Cuaresma a preparar con todo el Corazón la mayor fiesta del año que es la Pascua de Jesús, el gran maestro que dio su vida por todos nosotros.
Recordemos bien que este tiempo nos invita a no dormirnos y a rezar con mucha Fe sabiendo compartir lo que tenemos con los más Pobres.
Les deseo a todos Uds. que tengan una Feliz Cuaresma.
Francisco Martel es sacerdote.























Olga Maria Rivero Santana | Sábado, 02 de Marzo de 2024 a las 19:20:18 horas
Es un mundo que va "a toda prisa" y a veces sin rumbo necesitamos centrarnos en los momentos fuertes, para los cristianos y en general, para cualquier persona de buena fe, que en un momento determinado de nuestras vidas, hagamos un parón, para analizar nuestra vida, nuestros valores y nuestras carencias. Lo hermoso de ésto: que es una invitación, nunca una imposición. Gracias señor Martel por esta reflexión.
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