
La mayoría absoluta del PP en Galicia y el destape del caso Koldo que afecta al que fuera secretario de Organización del PSOE (2017-2021), ministro de Fomento (2018-2020) y ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (2020-2021), José Luis Ábalos, catapulta a Alberto Núñez Feijóo.
En realidad, no tanto porque Ábalos fuera una persona de toda confianza de Pedro Sánchez (que también), su mano derecha ciertamente, sino porque el calendario juega a partir de este momento a favor del líder del PP. Esto es, los populares obtendrán un mal resultado en las elecciones vascas de abril pero el PSOE otro tanto, a lo más que puede aspirar es a ser el socio del PNV el próximo mandato; el PSE-EE ya no es el de los años ochenta y noventa, con Txiki Benegas y Ramón Jáuregui. Esos comicios serán, en breve, un duelo directo entre el PNV y EH Bildu; y Sumar fracasará u obtendrá un pírrico número de escaños. No hay más.
¿Y luego? Pues sobreviene las elecciones al Parlamento Europeo en junio que serán un termómetro estatal de cara al votante. En verdad, la clave europea apenas ha estado presente en estas citas electorales desde que nos incorporamos al espacio comunitario en 1986. Sentimiento de pertenencia a Europa, no concurre. Es algo que concierne a todo el Viejo Continente. No somos una excepción.
En junio el PP aguarda un buen resultado y distanciarse del PSOE. El único escollo que le queda por delante a Feijóo es aniquilar políticamente a Vox. Sin la ultraderecha, ya Feijóo hubiese sido presidente del Gobierno desde el verano pasado. Vox impide al gallego emular un perfil moderado. Vox cierra al PP poder entenderse con los nacionalismos vascos y catalán; y si llegado el caso, toca dar indultos o amnistiar, lo hará por mucho que ahora Génova ponga el grito en el cielo. El poder es el poder. Y listo.
Estas son en el presente las coordenadas. Sánchez tiene la baza de esperar a las elecciones catalanas en 2025. Y lo hará. Resistirá en La Moncloa. No convocará elecciones. Tiene una legislatura por delante para ir prorrogando los Presupuestos. Y Yolanda Díaz está en la misma sintonía en cuanto que su partido no cuaja territorialmente. Es una magnífica ministra de Trabajo, no hay duda, mas no tiene organización real en los territorios. Ni a uno ni a la otra le interesa disolver las Cortes Generales e ir a elecciones. De hecho, las hubo hace poco. De momento, lo que le interesa a Feijóo es consolidar la tendencia que emerge esta semana. Y, a todas luces, laminar a Vox; con esta tarea hecha, tendrá despejado el camino a La Moncloa. Vox infunde miedo (y con razón) en la sociedad.
J.Bautista | Domingo, 25 de Febrero de 2024 a las 10:02:22 horas
El supuesto caso de corrupción en el está implicado Ábalo, si fuera cierto, sería igual al del hermano de la Presidenta Ayuso y de sus amigos "pijos" ¿Y qué ha pesado con esos individuos? Nada... Ahora bien la prensa en España responde a los intereses de la Derecha en más de un 90%, la tienen comprada directa o indirectamente y no le dan la suficiente "caña". Y qué pasa con estamento judicial? Es arriesgado manifestarse, pero todos sabemos lo que hay...
En cuanto a Galicia, ganó quien siempre gana en esa comunidad, sobre todo cuando se ha regalado un "porrón" de dinero público camuflándolo como subvenciones.
El futuro del partido socialista estaría garantizado si fuéramos consecuentes y votáramos a quién subió las pensiones, a quien subió el sueldo base, a quien hizo la reforma electoral, a quien puso la gratuidad del transporte público...y un largo etcétera, pero nuestro pueblo llano tiene que evolucionar mucho. Buen Domingo
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