El hito de Binter

Ayer Binter hizo historia y, por consiguiente, también Canarias. Hay metas alcanzadas que se recuerdan para siempre en el calendario. Y son sintomáticas. El primer ferrocarril que tuvo España fue en Cuba, no en la península. Muy significativo, trasluce el peso económico y político de aquella colonia hasta su independencia en 1898. Sin embargo, en nuestra tierra ha tenido que pasar décadas de democracia y autogobierno para disponer de vuelos directos con la capital del Estado que fuesen operados por una compañía perteneciente al empresariado canario. Su éxito, al aterrizar este jueves en Madrid, es también el de todos. Los que estudian, trabajan o se afincaron allá, saben perfectamente lo que ha sido los periplos en Barajas todos estos años, lidiando con aerolíneas que no entendían el sentir isleño sino que estaban enfocados solamente al interés comercial.

Binter se ha ganado la simpatía generalizada del pueblo canario. Y en la oferta responden con calidad, con detalles como por ejemplo servir a bordo el desayuno, almuerzo o cena. No todo es ganar dinero. En tiempos actuales en los que hemos descubierto que la globalización tiene una cara oculta y onerosa, centrarte en un mercado de un solo territorio, tiene premio. La gratitud de la lealtad, llamémosle, cuando menos.

El 1 de febrero de 2024 será recordado en la historia económica canaria. Binter es la protagonista. Es el colofón a una trayectoria previa en la que, además de unir las islas, lanzó conexiones desde el archipiélago con distintos puntos de la península y con el extranjero. Una estrategia que rompía con el centralismo de las comunicaciones proyectado por el poder decimonónico que tanto hemos sufrido los isleños. Faltaba enlazar con la capital. Y ya se logra, tanto desde Gran Canaria como desde Tenerife. Es para celebrarlo.

Los representantes institucionales se volcaron en el vuelo inaugural. No es para menos. Uno de los enormes hándicaps de Canarias ha sido la dificultad de las comunicaciones. También entre las islas. Desbrozar todas las barreras no ha sido tarea nada fácil. Al contrario. Y, mayormente, hemos tenido que hacerlo sin la ayuda de Madrid. Binter es una iniciativa canaria, que ha ido a más. Pocas veces una empresa atesora tanto aplauso de la sociedad, y sin forzar nada. Solo con el obrar cotidiano en años. Con sus aviones han hecho realidad los deseos de los isleños para poder abrazar a los suyos o acometer deberes en cada una de las ínsulas. Viajar lleva consigo siempre un componente emocional. El de ayer, el de Madrid, fue sin duda de ánimo colectivo.