
Ayer se cumplieron 47 años de la matanza perpetrada por la ultraderecha contra el despacho de abogados laboralistas de Atocha, en Madrid. Contra el relato tan prolongado de una Transición pacífica, la extrema derecha hizo de las suyas para que descarrilara el proceso y provocar un proceso de involución. Y todo lo que giraba en torno a la actividad sindical y jurídica de Comisiones Obreras, era un punto a batir para los pistoleros comandados por un sector de la patronal que se resistía a asumir que la dictadura franquista sucumbía.
Fueron asesinados los abogados laboralistas Enrique Valdelvira Ibáñ
ez, Luis Javier Benavides Orgaz y Javier Sauquillo. Así como el estudiante de Derecho Serafín Holgado y el administrativo Ángel Rodríguez Leal. También, resultaron heridos Miguel Sarabia Gil, Alejandro Ruiz-Huerta Carbonell, Luis Ramos Pardo y Lola González Ruiz. Esta última precisamente perdió en este atentado a su marido (Javier Sauquillo) y antes había sido novia de otro represaliado por el franquismo: Enrique Ruano, estudiante universitario lanzado al vacío por la policía desde un séptimo piso el 20 de enero de 1969.
Comisiones Obreras, como cada año, rindió tributo a las víctimas. Un recordatorio preciso de que la democracia costó esfuerzos (y sangre) y fue gracias al movimiento obrero, entre otros factores. La democracia vuelve a estar en peligro por nuevos formatos encarnados por el neofascismo. Y el sindicalismo de clase, tanto entonces como ahora, es un enemigo a liquidar para la extrema derecha que, en su servicio reactivo al gran capital, no quiere que la clase trabajadora esté organizada. Todo lo que es defensa de lo colectivo, como el feminismo, pretenden aniquilarlo.
Quien quiera imbuirse en todo aquel proceso histórico, es pertinente ver la película ‘7 días de enero’ (1979), dirigida por Juan Antonio Bardem. No solo es un testimonio sobre la estructura organizativa de Comisiones Obreras (y del PCE) y cómo inquietaba al poder, sino que encima el largometraje ha envejecido bien. Viendo aquello, se entiende mejor cosas que acontecen en la actualidad. Entre ellas, que la hipoteca de la Transición (un pacto desigual) implicó que poderes heredados del régimen franquista no se depurasen sino que tornaron de la noche a la mañana en demócratas; pensemos en el ejército, la policía y la judicatura. A diferencia de Portugal, donde hubo revolución partera de la democracia, aquí hubo transacción. Luego vino una época de éxito ungida por el sistema del 78. Pero no fue gratuita. El asesinato en el despacho laboralista de Comisiones Obreras, lo atestigua.

























Jorge Benito | Viernes, 26 de Enero de 2024 a las 11:37:54 horas
La AMNISTIA de 1977, borró todos los antecedentes penales a los ASESINOS de ETA. También para los "falangistas", miembros de la extrema derecha y para los POLICIAS que cometieron DELITOS DE LESA HUMANIDAD, TORTURAS, ASESINATOS,....
Y ahora "se rasgan las vestiduras" por la AMNISTIA a los LIDERES INDEPENDENTISTAS DE CATALUÑA.
NO HUBO TORTURAS. NO HUBO ASESINATOS . NO HUBO DELITOS DE LESA HUMANIDAD. NO HUBO ALZAMIENTO EN ARMAS. NO HUBO ACTOS DE TERRORISMO. ¡¡¡ NO !!! No hubo nada de eso
POR TANTO : SÍ A LA AMNISTIA
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