2024 nos traerá comicios al Parlamento Europeo. En pocos meses se abrirá el debate sobre la confección de las planchas de los partidos a la Eurocámara. Pero algunos tienen ya ventajas y réditos ganados a pulso para continuar. En el caso del PSOE está Juan Fernando López Aguilar cuyo nombre aparece periódicamente destacado como uno de los eurodiputados más influyentes en la cotidianeidad de la labor de la Cámara. El canario en Bruselas y Estrasburgo se siente como pez en el agua. Está en su salsa. Domina idiomas, tiene una amplia formación jurídica como constitucionalista y, además, se ha preocupado por los asuntos isleños a son de las regiones ultraperiféricas de la Unión Europea (RUP).
Por otro lado, es hombre de máxima confianza de José Luis Rodríguez Zapatero. De hecho, fue su ministro de Justicia. Y si no llega a ser por José Blanco, el canario y otros escuderos de aquella Nueva Vía que renovó el PSOE hubiesen seguido en Madrid defendiendo el fuerte ante el PP de Mariano Rajoy. Sin embargo, el entonces secretario de Organización se propuso ir desplumando aquel equipo que hizo vencer a Zapatero frente a José Bono. Zapatero tiene en alta estima a López Aguilar. Y el expresidente del Gobierno le hizo media campaña electoral última a Pedro Sánchez. Si Sánchez resistió a PP y Vox, mucho tiene que ver Zapatero que removió el entusiasmo del votante socialista, la pregunta y repregunta de la periodista Silvia Intxaurrondo en TVE a Alberto Núñez Feijóo a cuenta de las pensiones y que Comisiones Obreras bregase para que el aparato sindical se volcase con Yolanda Díaz. Es decir, Sánchez escuchará a Zapatero con la máxima atención.
Con todo, López Aguilar ostenta perfil político por sí mismo. Tanto que genera las habituales rencillas de los que son pasto de los celos, lo habitual de la condición humana, por desgracia. Pero el canario se hace oír en las temáticas que afectan a las RUP. Condición esencial para nuestra tierra. Abonado al avión vía Madrid, atendiendo peticiones diversas de la sociedad civil por toda la geografía, combate a la ultraderecha en la Eurocámara. Antes de que en España tuviéramos que lidiar con el neoespañolismo mesetario de Vox, él ya conocía las diversas extremas derechas que asolan al proyecto comunitario a raíz de la Gran Recesión de 2008.
La arquitectura comunitaria, la denominada Europa social ungida tras la Segunda Guerra Mundial, la gestada por el pacto entre capital y trabajo, está en peligro desde hace más de una década. A lo que hay que añadirle el lamentable rol de Ursula von der Leyen yendo de la mano con Benjamín Netanyahu mientras Israel perpetra un genocidio contra Palestina. Los retos que se le presentan al Viejo Continente son de enjundia. Las elecciones este 2024 servirán como termómetro y, ojalá, frenen a la ultraderecha.
Roberto López | Jueves, 07 de Diciembre de 2023 a las 13:47:14 horas
Para disgusto del articulista, la derecha gana enteros en una Europa en la que, entre la locura de una inmigración descontrolada y nada integrada, y el globalismo de la Agenda 2030, comienzan los ciudadanos a verle las orejas al lobo y entienden que el cambio político se hace necesario por razones de mera supervivencia, pues con los llamados "progresistas" el progreso solo ha sido para ellos y sus paniaguados, mientras el ciudadano de a pie se ve cada vez más empobrecido, inseguro, controlado por la administración pero desatendido y sin futuro alguno. No se ponga triste Don Rafael, siempre le quedará emigrar a Venezuela.
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