Una vecina de Telde denuncia una agresión por parte de un agente policial

Soledad Pérez, una vecina de Telde, denuncia una agresión por parte de un agente de la Policía Nacional, que además entró a su domicilio sin orden judicial. Sostiene que en la comisaría no le quisieron coger la denuncia, pero ya la ha presentado en el juzgado.

La mujer explica que su hija le había puesto una denuncia falsa el pasado 3 de octubre y un juzgado determinó que la joven debía desalojar la vivienda hasta el 2 de diciembre, por lo que cambió la cerradura de su vivienda.

Pero el pasado domingo se personaron en la casa que habita desde hace años, su hija, acompañada por una letrada y el novio. Le abrió la puerta, pero solo permitió la entrada de la hija hasta que no salga el juicio el 22 de enero de 2024, siempre según su testimonio.

Es en ese momento cuando llega la Policía, le relata todo lo que había pasado y uno de los agentes le advierte “con despotismo” que no se acerque y que guarde la distancia, pese a que solo quería enseñarle el móvil para mostrarle el documento.

Pérez explica que el agente le cogió del brazo, le tiró el móvil al suelo y no la dejó hablar en ningún momento. Todo ello, prosigue, sin ninguna orden de un juez que le permitiera el ingreso a la vivienda, ni al agente ni a la letrada. 

Además, el policía le pidió copia de las llaves y se las dio a la su hija para que comprobara que abría la puerta, y tras este hecho, se las entregó a la joven y se retiraron. 

Se pregunta por qué motivo no le quisieron coger la denuncia en la comisaría por el trato que le dieron, ya que el agente le dejó el brazo marcado con un moretón cuando le advirtió que no se acercara a él, y por no traer ningún tipo de orden judicial para ingresar a su domicilio. 

La denunciante asegura que está en tratamiento de salud mental, enferma de pulmón y además está en el sistema por mujeres maltratadas, pero no ve que nadie le ayude. Y se pregunta por qué se tiene que quedar en la calle y ser coaccionada y maltratada psicológicamente. Sostiene que la única solución es acudir a una casa de acogida, pero con motivo de su enfermedad no puede. Solo pide justicia.