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Jueves, 09 de Octubre de 2025

Actualizada Miércoles, 08 de Octubre de 2025 a las 22:30:06 horas

La procesión del santo recorre las calles del núcleo comercial

Los Llanos clama a su patrono por lluvias para los campos de Telde

La comitiva religiosa salió del templo tras una misa concelebrada por varios sacerdotes

TELDEACTUALIDAD/Telde Viernes, 17 de Noviembre de 2023 Tiempo de lectura:

El trono de San Gregorio Taumaturgo, patrono de Los Llanos de Telde, recorrió esta noche las calles del barrio, en el día grande de las fiestas en su honor, tras la misa celebrada a partir de las 19.00 horas en el templo de factura neoclásica por varios sacerdotes y presidida por el claretiano Santiago Cerruto.

 

La bella talla del santo milagroso, una preciosa  escultura del imaginero grancanario Luján Pérez, asomaba al filo de las 20.30 horas por la puerta principal de la iglesia para iniciar la procesión por las calles de Los Llanos con el acompañamiento de un amplio grupo de autoridades encabezado por el alcalde Juan Antonio Peña, feligreses y de la Banda Municipal de Música. Junto a las autoriddes desfiló también el pregonero de las fiestas de este año, el periodista Pedro Hernández Suárez.

 

El trono estaba bellamente engalanado con una cuidada ornamentación floral, diseño de Segundo Amador, que combinaba  lilios morados y blancos con esterlicias y hojas de eucaliptos.

 

La procesión inició su recorrido por las calles Juan Diego de la Fuente y Ruíz, para regresar a la iglesia por la Avenida de la Constitución en su tramo peatonal. En su transitar por el barrio de Los Llanos, como es costumbre, los vecinos le brindaron varias lluvias de trigo. Ya llegando al sector de Arauz , más concretamente en la confluencia entre las calles de Juan Diego de la Fuente y Ruíz, se produjo la tradicional bendición de los campos.

 

Por San Gregorio

(Poema de Jesús Ruiz Mesa)

Por San Gregorio cada mes de noviembre,

desde mi temprana escapada en el tiempo,

sin despedida, inconsciente, de tus fronteras, volé,

y a mis espaldas dejé unas puertas abiertas.

 

Por San Gregorio cada diecisiete de noviembre,

sin mirar las hojas caídas de un calendario olvidado,

a mi mente como esbozos de impresiones pasadas,

venían figuras, paisajes, gentes en aquella plaza.

 

Plaza de San Gregorio, cita de pasos perdidos,

de gritos, tumultos y cuatro farolas plantadas,

entre invenciones pueriles bajo las arbóreas sombras,

y en los bancos al sol las crónicas de los que pasan.

 

Llanos de Jaraquemada, la historia esculpió tu nombre,

y sobre tus primeras piedras, tus primeros solares,

tus calles y callejones empezaron a derramarse,

tu sencilla anatomía con gracia comenzó a edificarse.

 

Qué destino fraguó el que en ti fijaran sus pesares,

almas que transitan y por sus rincones se pierden,

ausentes miradas y saludos de sinceridad cumplida,

en lo alto el blanco arco de la iglesia, el cielo acaricia.

 

Un ligero rumor corre por la explanada al amanecer,

por sus ancianas arterias acuden gentes de toda clase social,

a la venta, el cambio, trueque y arreglo entre manos se dan,

la almoneda y el vocerío en la variopinta feria toma lugar.

 

En el aire aromas de frutas, flores, hierbas medicinales,

 almibaradas fragancias con esencias de perfumadas aguas,

bordados, hilos, telas, trabajos y artesanía de manos finas,

se mezclan entre el sabor a tabaco, cuero, pieles y zurrón.

 

En una esquina el rudo campesino ofrece el fruto de su labor,

aún brilla en su frente el rubor del paso a medias del astro sol,

una yunta, un carro, un arado y unos pocos animales para vender,

en la recova se agrupan curiosos y con cuatro monedas regatear.     

     

Zoco de generaciones que sobre tus losas sus huellas claman

la gloria y olvido, el poder y miseria de unas vidas entregadas,

cruce de caminos, estación de obligado horizonte y parada final,

la plaza su cometido cumple, recibe, despide, acoge y orienta.

 

La advocación del Taumaturgo asiste desde el fervor al pueblo,

 sin más consideración el milagro esperanzado de una mejor vida,

días de bautismo, boda y comunión, procesión, entierro y funeral,

nos traes el recuerdo de los que por este tagoror algún día pasaron.

 

 

“Es el santo que, en procesión,

las sencillas gentes de Telde,

a San Gregorio,

 por el mes de noviembre,

rezan con sentida devoción”

 

 

 Campanas que a oración, tiempo y misa tañen al aire, sobre el altar,

blanca cúpula de la iglesia, faro que desde los valles nos anuncia Telde,

bajo un plúmbeo y nebuloso cielo, bajo un azul luminoso, digna, resistes,

en tu neoclásico edificio, el antiguo semblante y el rincón sombrío, revives.

 

En otras latitudes, más allá de lo que nunca pude imaginar,

entre la niebla andina, en el altiplano, escondido tras un volcán,

en la Amazonia húmeda y verde, en la América latina, te sentí,

la presencia de tu imagen, testigo de historias, mi solar infantil, te vi.       

   

Plaza de San Gregorio, mercado, jardín, música, laurel,

rumor del viento, lluvia escondida entre tus arrugas, palabra de honor,

juramentos sagrados, manos que enlucieron los pasos del trovador,

un ir y venir obligado de intencionados y disimulados encuentros,

atado a un pasado en lenta partida, a un presente en lento deambular,

y un deseo esperanzado, ambicioso de promesas y batallas por ganar.

 

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