Parece una perogrullada afirmar que el objetivo del periodismo, por encima de cualquier otro, es buscar la verdad. Es obvio que para informar con veracidad la búsqueda de la verdad y el contraste de datos son mandamientos inexcusables. Pero tengo la impresión de que merece la pena recordar este precepto deontológico que nos presentaron el primer día que llegué a la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Autónoma de Barcelona, en octubre de 1979.
Cinco años después, me licencié y desde entonces he tenido la gran suerte de trabajar para medios de comunicación importantes, como TVE en dos ocasiones, en los dos periódicos de referencia de Las Palmas –en Canarias 7 fui, entre otras tareas, corresponsal político en Madrid y dirigí la delegación del periódico en Lanzarote, mientras que en los diez años que estuve en La Provincia tuve el honor de ser elegido, junto a Antonio González Vieitez, para llevar la sección de Reportajes que implantó mi director, el teldense Diego Talavera-, fui corresponsal en Canarias del Diari de Barcelona y durante veintiún años en Antena 3, cadena de la que fui su último jefe de informativos en Canarias, con treintena personas bajo mi coordinación. En la actualidad, colaboro para el periódico de ámbito nacional elDiario.es en materia de Patrimonio Histórico. Les cuento esta trayectoria no por afán de notoriedad, en absoluto, sino porque jamás hubiese alcanzado estas logros si no hubiese cumplido, a rajatabla, el precepto de buscar la verdad, de contrastar cada uno de los datos que nos llegaron la Redacción. Siempre.
Esta reflexión viene a cuenta por el caso de Auri Saavedra, la asesora de Bienestar Animal del Ayuntamiento de Telde, a la que once personas, según un escrito que han registrado en el consistorio, la acusan de corrupción ya que, dicen, ha realizado tareas remuneradas incompatibles con su trabajo municipal. La acusación es muy grave. ¿Cuántos medios de comunicación se pusieron en contacto con Saavedra para buscar la verdad o al menos pulsar su opinión? Solo uno. Sin comentarios.
El pasado domingo salí en defensa de Auri porque me consta la honradez de Saavedra. Solo aporto un detalle: fue concejala de Nueva Canarias la pasada legislatura hasta que dimitió porque no le dejaron realizar lo que le habían prometido. Dimitió y, además, entregó su acta. No hay mayor gesto de honestidad política que ese. Ojo, en mi artículo aludí a su honestidad, no a que estuviera realizando una buena o mala gestión en su actual rol de asesora; asuntos muy diferentes.
En el citado artículo de opinión –no confundir con información porque no publiqué una noticia-, Auri, no un servidor, citó a una persona de estar detrás de dicha acusación –que no quiere decir que no haya más ni que detrás de esas once personas estén políticos de Telde, que los hay con nombres y apellidos. Apelé en dicho artículo, en el que afirmé que son falsas dichas imputaciones, a que no me creyeran a mí, sino al dictamen de la Secretaría General de Telde que, obviamente, está investigando el caso ante la gravedad de las acusaciones.
En respuesta a mi artículo, una de las once personas publicó otro en el que se vierten acusaciones contra mí que conviene aclarar en aras a la verdad.
1º. Me acusa de señalarla de que ella lidera las acusaciones contra Saavedra. Falso. Es Auri quien la menciona, no yo. De hecho, en mi artículo cito a “un supuesto colectivo vecinal” como autor de la denuncia.
2º La segunda acusación es rocambolesca. Se pregunta la señora, en su legítimo derecho a la libertad de expresión, faltaría más, que mi “opinión se configura más como una caza de brujas que sobre una defensa de su amiga Saavedra”. De entrada es falso que Auri sea mi amiga, pero no me importaría serlo; simplemente, conozco su trayectoria y compromiso altruista en defensa del bienestar animal. ¿Caza de brujas? Hoy, este término se usa metafóricamente para referirse a la persecución de un enemigo percibido (habitualmente un grupo social no conformista) de forma extremadamente sesgada e independiente de la inocencia o culpabilidad real. Si la audiencia de TELDEACTUALIDAD considera que mi artículo destila ese sesgo, pues seré un cazador de brujas. ¿No será al revés, acusar de corrupción a la bruja Auri sin aportar ni una sola prueba?
3º La señora que me acusa de cazador de brujas tiene un aparente problema de comprensión lectora. Afirma que ni ella ni las otras firmantes “pertenecemos a la empresa saliente”. Jamás he dicho. Es Auri que habla de una “vinculación” -que no pertenencia- con una empresa que “le permitía hacer lo que quería en el depósito de animales”. Y Saavedra solo se refería a ella y no a las demás personas.
Dicho esto, no volveré a opinar sobre este caso hasta que se pronuncie la Secretaría General de Telde. Aclaro, OPINAR, no redactar noticia en el supuesto de que se pueda producir alguna información al respecto.



























Yurena María | Viernes, 10 de Noviembre de 2023 a las 09:06:26 horas
Y usted no sabe los verdaderos motivos por que dimitió
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