
Ayer ni siquiera fue convocado Jonathan Viera para jugar el tramo final del partido. Lo tuvo que ver de paisano, desde la grada (se supone). La tensión interna es evidente y ha ido a más. Lo que confirma, por mucho que el de La Feria lo negase, que la noche de marras en la que anunció su marcha justo después de la victoria agónica en casa y jugar tan solo unos minutos, es que ya entonces estaban activadas las tiranteces entre él y el club. Viera, con sus declaraciones, tan solo precipitó lo que el sentimiento le demandaba, lo que el cuerpo le pedía. Desde ese momento su situación ante García Pimienta y Miguel Ángel Ramírez ha ido a peor.
El que no jugase Jonathan Viera frente a uno de los que ha sido su equipo, el Rayo Vallecano, fue un error. Nos quedaremos con la duda, desde luego, de si hubiese tirado él el penalti (fallido) quizá lo hubiese marcado. Con todo, la Unión Deportiva Las Palmas con esta estrategia está impidiendo un final feliz al jugador canario, que se merece por otra parte. Lo suyo, fuese ahora o más adelante, es que Jonathan Viera se retirase a lo grande con la zamarra amarilla. Peligra que sea así.
A este paso, van a quemar al de La Feria. No es inteligente desaprovechar su talento. Lo mejor que podría hacer el técnico es darle toda la cancha que quiera en el campo hasta que decida irse; sea ahora, en enero o a final de temporada. Entrar en una espiral de presiones es malo para ambas partes y solo servirá para que las emociones suplanten a la razón y se desaten estridencias mutuas. Y aquí es donde debe entrar Miguel Ángel Ramírez pues, al fin y al cabo, Jonathan Viera es un talismán de la Unión Deportiva Las Palmas, protagonista indiscutible desde hace una década mal contada. Y es isleño, de la tierra. Que lo sea García Pimienta el día de mañana en los anales de la historia del club, está por ver, por mucho que lo renueven.
Es verdad que si Jonathan Viera se va a Arabia Saudí es por dinero (por legítimo que sea) y, por consiguiente, todo el discurso que hilvanó sobre que la vida son etapas, dejar paso a las generaciones jóvenes que piden paso y los valores más nobles del balompié, se desmorona sobre la marcha. No, no sería eso, se iría por la chequera. Lo mismo que hizo en China, y después Miguel Ángel Ramírez tuvo a bien rescatarle. También es cierto que el propio Ramírez ha jugado a vender promesas de la cantera para sacar rédito monetario anticipado. Es el negocio del fútbol. Lo que ya es una torpeza es la mezquindad de desterrar a Jonathan Viera. Recalco: no es inteligente. Lo empeora todo.


























Julio | Lunes, 23 de Octubre de 2023 a las 11:10:18 horas
Algo debe pasar detrás de todo de esto que no se cuenta. Es extraño que un jugador de esa calidad ni siquiera vaya al banquillo. Puedo entender la decisión técnica, pero que no vaya convocado... No sé, hay que no se cuenta seguro.
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