Conozco casos concretos en los que algunos amigos eligieron morir antes de seguir viviendo. Una comprensión infinita y un desasosiego con culpa acompañan los actos de esta naturaleza. Siempre los familiares piensan que podrían haberse dado cuenta de las señales o haber detectado la situación por las conversaciones o los comportamientos …
Qué angustia.
El suicidio es la primera causa de muerte externa (la que no es muerte natural) en nuestro país y la primera causa
de muerte en jóvenes, produciendo esta noticia una gran alarma social. El Ministerio de Sanidad lo considera “un problema de salud pública, por lo que es necesario actuar y hacerlo visible”. Y añade: “Pasar del silencio al debate y del debate a la acción”. Y como novedad aparece “La línea de atención a la conducta suicida” (024). Absolutamente insuficiente. ¿Aliviará esta línea a quien llame buscando una razón por lo que agarrarse a la vida? Lo dudo, tal vez lo haga solo momentáneamente. Esta línea facilitará sobre todo datos estadísticos que servirán para compararlos con el resto de países o con otras comunidades autónomas o con los años anteriores (por ejemplo: 230 personas se quitaron la vida en Canarias intencionadamente en 2021. Es el dato más alto de todo el Estado y con diferencia –según Instituto Nacional de Estadística (INE)). La atención a personas jóvenes en riesgo de suicidio requiere muchísimo más que una línea de teléfono porque no se está consiguiendo una disminución apreciable en la tasa de muerte. Faltan recursos humanos que implementen regularmente acciones de prevención, que planteen estrategias para identificar pacientes en riesgo, validar los instrumentos de valoración, tratamiento y rehabilitación con el fin de garantizar la continuidad debida.
La verdadera prevención la realizan el profesorado y el Servicio de Orientación –con limitaciones en su dedicación porque deben compartirla con otros centros escolares– desde hace muchísimo tiempo en la Enseñanza Primaria –continuando después en Secundaria y Bachillerato– porque es donde se empieza a ensayar la vida: se establecen las primeras relaciones sociales, se descubren las emociones, se aprende a gestionar las frustraciones (aceptación y rechazo, amor y desamor) y las adversidades, se enfrentan las conductas disruptivas, se detecta al alumnado con depresión, también con dificultades educativas, con altas capacidades y discapacidades diferentes y se deriva al alumnado que creen que lo precisa a la Unidad de Salud Mental para ser atendido por personal especializado (psicólogos y psiquiatras del Servicio Canario de Salud). Y es en ese momento donde la cadena se rompe: varios meses debe esperar el alumnado remitido para ser atendido.
Actuar, se actúa. Falta asegurar la salud mental de nuestra población infantil y juvenil aumentando el número de especialistas, ya que no se ofrece una atención integral a estos pacientes porque no se contratan profesionales suficientes para dar respuesta a esta diversidad planteada.
Qué desamparo.
J



























Olga Maria Rivero Santana | Lunes, 25 de Septiembre de 2023 a las 13:27:32 horas
Antes de nada, felicitar a esta querida profesora, por su trayectoria profesional, por su jubilación y por este artículo, tan necesario como muy actual, que recoge la angustia que viven muchísimas personas, (más de las que pensamos), directa o indirectanente (familias), ante una patología/enfermedad, que va aumentando, pues las situaciones que las generan también aumentan, y por el contrario, los medios, de todo tipo, que se están reclamando, no llegan. La soledad y el desamparo en el que se ven sumidas las personas que lo sufren y su entorno es dramático, y como bien lo pone en el artículo, un número de teléfono, únicamente, no resuelve nada, como vemos ocurre con el 016 (violencia dr género) éste último, además, discriminatorio, pues un hombre que pueda estar sufriendo por éste motivo, no lo puede usar, aunque ése es otro tema para reflexionar en otra ocasión. Más medios, más implicación de todas las Administraciones en este drama (salud mental), que tanto dolor y sufrimiento está causando y que cualquera puede padecer, un familiar, un amigo... La dejeza en tomar medidas, es innaceptable y no sé cuántos muertos más hacen falta para que desde ¡ya! se pongan todos medios que se están pidiendo desde hace mucho tiempo.
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