
Lo fácil hubiera sido que Jerónimo Saavedra se sumase al carro de Felipe González, Alfonso Guerra, Tomás Gómez, Nicolás Redondo, Jordi Sevilla… y, sin embargo, ejerció su libertad en la entrevista que le realizó ‘Diario de Avisos’ (publicada este pasado domingo) para sostener que es prematuro hablar de una ley de amnistía de la que ni siquiera conocemos su borrador. Es básico, elemental, pero tal como está el ambiente esa llamada a la debida prudencia vale oro. Y, sobre todo, puso de manifiesto dos claves que otros compartimos y que ya han sido expuestas en esta columna: el legislador es libre para tomar sus decisiones (tan solo limitado por el núcleo esencial de los derechos fundamentales) y, segundo, la ley de amnistía puede ser perfectamente constitucional.
Saavedra fue, entre otras responsabilidades, presidente del Gobierno de Canarias (1983-1987 y 1991-1993) y ministro de Administraciones Públicas por lo que tuvo, desde Madrid, que negociar con CiU y el PNV en el último tramo del ‘felipismo’ en La Moncloa, luego pasó a la cartera de Educación. Es verdad que tanto CiU no es Junts estrictamente y que al PNV le pisa los talones EH Bildu. Dicho de otra forma, el posibilismo de los partidos burgueses periféricos no ejerce el rol que ejercían entonces. Y, lo más llamativo, desde el ‘procés’ el nacionalismo catalán ha dejado de ser bisagra gubernamental sostenida en el tiempo para socialistas o populares. Ayer mismo, Carles Puigdemont recordó a Pedro Sánchez que las condiciones para el respaldo las pone el que presta los disputados para una sesión de investidura, y no al revés.
Ahora bien, Vox no solo es ultraderecha sino también neofascismo. Vox pretende ilegalizar a otros partidos. Y el neofascismo hoy por hoy no es de botas y correajes como en la Europa de entreguerras sino que accede al gran público enarbolando el populismo y aprovechándose de las redes sociales donde difunde sus bulos. Por eso hizo bien Ana Oramas en llamar al orden a la diputada de Vox en el Parlamento de Canarias cuando le pidió que retirase la conexión que hizo la oradora de la ultraderecha al vincular la violencia a las mujeres con los inmigrantes.
Toca esperar al borrador del texto. Y subrayar que la alternativa de un Gobierno de coalición conformado por PP y Vox es un retroceso del sistema democrático. Este temor fue lo que hizo que el electorado de izquierdas se movilizara en la campaña. El reto este siguiente mandato es afrontar la cuestión territorial.






















Andres Gonzalez | Lunes, 18 de Septiembre de 2023 a las 07:44:08 horas
Muy buen articulo.. lo de Saavedra una lección de entendimiento y sabiduría
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