
Hay empeños que conducen a la nada. Alberto Núñez Feijóo inició su ronda de consultas parlamentarias sin expectativa alguna. Septiembre comenzó ayer y finalizará sin tener Gobierno conformado. Feijóo así lo ha querido y el rey ha respetado (o participado) una ronda que no responde a la mayoría parlamentaria constituida. Hasta Yolanda Díaz ha optado por enviar a su portavoz al encuentro con el líder del PP. ¿Qué ha ganado Feijóo con todo esto? Nada.
Podría pensarse que forma parte de una táctica de añadir presión al PSOE por aquello de activar el reloj de los dos meses que, de no tener Ejecutivo hasta entonces, conllevaría la celebración de unas nuevas elecciones. Pero el PSOE y Junts tienen su propio cronograma donde, evidentemente, Carles Puigdemont optará por consumir todo ese plazo. Así obtiene más rédito, es de primer curso de negociación política. Por tanto, nos ponemos en Navidad. La política en sí hasta finales de 2023 no habrá, más bien a comienzos de 2024 se estrenará (materialmente) el curso político.
Mientras tanto la ciudadanía sigue con su vida cotidiana. Y escuchará el ruido partidista desde lejos. La soledad del PP, solo cuenta con el neofascismo como socio relevante, le hipoteca a un horizonte estatal muy adverso. Este panorama es estructural. Vox no desaparecerá a medio plazo. Y el PP está en una ratonera, lo lidere Feijóo o Isabel Díaz Ayuso, que guarda su turno. ¿Aguantará el gallego mucho tiempo en el cuartel general de Génova?
Cuando a finales de septiembre se produzca el debate entre Feijóo y los distintos grupos parlamentarios, habrá interés en la visión de España que unos y otros defienden. Y entonces se retratará, aún más, el precio que paga el PP por apostar en su discurso por la recentralización; cuyo auge fue con José María Aznar, pero que es señal distintiva de los populares. Desde luego, el ‘procés’ estará sobrevolando el debate de marras cuando no incidirá directamente. Aunque ahora el PP diga que está dispuesto a explorar acuerdos con el independentismo catalán de Junts. Todo ello, es fruto de esa soledad manifiesta del PP que no es producto de la noche a la mañana. La cita en el Congreso de los Diputados concitará expectación. Luego vendrán otros meses de intervalo de pausa hasta que se produzca el turno de Pedro Sánchez.
En fin, nos quedamos por ahora con los titulares de cada una de las reuniones de Feijóo con los diversos partidos, los que estén dispuestos a acudir a su llamamiento. Pero la misma que tuvo con Sánchez sirvió de señal para retratar el fracaso de Feijóo que, en plena campaña electoral, contaba con que iba a tener mayoría absoluta de la mano de Vox.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.115