
En ocasiones, se desperdicia el don de la oportunidad. Que Pedro Sánchez haya elegido Marruecos para pasar las vacaciones justo cuando se está configurando la confección de las mesas de las Cortes Generales y se vislumbra la proyección de la sesión de investidura, francamente no ayuda. Es verdad que cada uno puede escoger como destino de vacaciones aquel que le plazca y pueda costearse. Faltaría más. Y seguro que Marruecos es un país con sumo interés por ver, desde la gastronomía a los enclaves diversos que atesora. El interés por Marruecos es una realidad; tan cerca y tan lejos, edifica expectación en la opinión pública. Sin embargo, Sánchez ha protagonizado el giro del Sáhara Occidental y encima ha sufrido el espionaje de Rabat en su teléfono móvil. Estamos, por tanto, ante otras circunstancias. Y tiempo tenía por delante para ir a Marruecos, sin armar revuelvo alguno, o no tanto como ahora.
Muchos se preguntan si EH Bildu y ERC, por ejemplo, aprovecharán los pactos de investidura para reclamar que Sánchez se resitúe en el reconocimiento al derecho de autodeterminación del pueblo saharaui. Son los únicos que pueden presionar, a efectos prácticos, al PSOE. La postura de una parte de los próximos al Frente Polisario que abogaban por un retorno del PP al poder con la esperanza de que Alberto Núñez Feijóo amparara a los polisarios, no tenía (ni tiene) ningún recorrido. El PP no va a retrotraer lo hecho por Sánchez en su postura con Rabat.
Por su parte, el desenlace del 23J gusta a Rabat. Con Sánchez el panorama para los intereses marroquís sigue igual. Es decir, garantizado. La cuestión migratoria, en cuanto a vigilancia de las fronteras, incluida represión mediante, es la contrapartida para que La Moncloa persista en otorgar a Marruecos lo que este denomina como sus provincias del sur. Una cosa por otra. Eso sí, a la larga esto perjudica a Canarias pues dejamos un futuro geopolítico a las próximas generaciones donde las islas están más expuestas a los riesgos.
Por consiguiente, al Frente Polisario no se le deja otra opción que continuar con la guerra. Un conflicto bélico silenciado mediáticamente, sin la repercusión en los medios como el de Ucrania y Rusia, pero muy pegado a la tierra canaria. Se cobra vidas, hay escaramuzas diarias. A veces adquiere más intensidad. E irá a más o, cuando menos, perdurará. Una realidad que en Canarias no podemos obviar. Por todo esto, el viaje de Sánchez (por privado que sea) no atesora hoy el don de la oportunidad. Ahonda en el desaliento del pueblo saharaui, al que le debemos su respeto acorde a la legalidad internacional. Y todo esto acontece, recalco, mientras se está desarrollando una guerra entre Marruecos y el Frente Polisario.
ANVEMIRA | Viernes, 04 de Agosto de 2023 a las 16:23:14 horas
Por que un viaje privado del presidente se traduce en un viaje politico? ¿Y si hubiera ido a Italia es que era para apoyar a Meloni? Por favor, dejen ya de atacar al mejor politico que ha tenido España en mucho tiempo que lo ha demostrado y lo seguira demostrando.Por cierto, el Frente Polisario le debe mas a Canarias que Canarias a ellos.
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