
La avalancha de censura que se ha producido en estas últimas semanas sobre distintos actos culturales por parte de concejales de Vox y del PP, en los ayuntamientos españoles, debería hacernos reflexionar sobre qué país queremos construir y qué legado queremos dejar.
El reguero de cancelaciones de eventos culturales y artísticos se ha disparado con la llegada de Vox a los ayuntamientos y con el apoyo del PP. Nada escapa de la quema de los intolerantes: obras de teatro sobre autores clásicos, el “Orlando” de Virginia Wolf, películas infantiles, espectáculos musicales.
La última cancelación de estos guardianes de la moral ha sido una obra de teatro que reflejaba la vida de un maestro que prometió a sus alumnos llevarlos a Cataluña para ver el mar, pero que no pudo cumplir su promesa porque fue asesinado en julio del 1936. Ha sucedido en el ayuntamiento de Briviesca gobernado por el PP con los votos de Vox.
Y es que el señor Feijoo ya lo ha dicho claramente, va a derogar la ley de Memoria histórica, nada de reconocer y ampliar derechos a favor de quienes padecieron persecución o violencia, por razones políticas, ideológicas durante la Guerra Civil y la Dictadura. Esta memoria será silenciada, apagada y olvidada una vez más.
Hace unas semanas se estrenó la serie “Las noches de Tefia” sobre los campos de concentración para homosexuales de Franco en Fuerteventura. Me pregunto si una vez lleguen al poder, prohibirán emitir esta serie que habla sobre nuestra reciente historia o también querrán derogar la historia por decreto ley.
Censurar, cortar, atentar contra las manifestaciones artísticas, sean de la índole que sean, es altamente peligroso porque atenta con la libertad de creación del artista.
Las diversas manifestaciones del arte han sido y son expresiones del ser humano que busca e indaga sobre la realidad. El creador representa la realidad y las distintas aristas de la misma para ampliarla y/o embellecerla. Nos señala los intersticios de la misma, nos explica y nos conmueve porque nos representa, toca nuestra sensibilidad y nos despierta algo dormido. La búsqueda, la duda, la crítica es el material sobre el que trabaja y sobre el que se expresa. Necesitan de la libertad para crear belleza. Por esto, los fascismos los temen.
Pero el arte es libre o no lo es. Negar las expresiones de los creadores por motivos ideológicos es retroceder a un pasado ya olvidado, a un estado totalitario que aniquila y cercena lo que no les gusta o lo que no corresponda a su estrecha su moral.
Cuando ha existido una dictadura en cualquier país fueron los intelectuales o creadores, esa gente que se exponen: los que opinan, los que se expresan a través del arte, los primeros que sufrieron sus consecuencias: Miguel Hernández, García Lorca, son claros ejemplos de lo que una dictadura puede hacer con ellos.
El dogmatismo, el pensamiento único, creerse valedores de una ideología donde solo caben los suyos, destruir disidencias y expresiones artísticas es lo contrario de cultura.
Censurar las expresiones artísticas es cercenar la voz del pueblo pues no pocas veces el creador se alza en representante de aquellos que no tienen voz.
El arte, la cultura nos hace no solo más libres sino mejores personas. Un no de los grandes de la literatura, Víctor Hugo, en los “Miserables” ya nos lo dijo: “lo bello vale tanto como lo útil. Tal vez más”.
Ray | Miércoles, 12 de Julio de 2023 a las 05:21:16 horas
Los reyes de la censura, las cancelaciones y señalamiemtos culturales a todo arte que no le baile el agua (periodistas con nombre y apellidos incluidos)...avisando dela censura que viene. El chiste se cuenta solo. La censura cuando viene de la izquierda, bien. Cuando no nos conviene ideológicamnete, Mal. Incoherencias, una más.
Accede para votar (0) (0) Accede para responder