
La pederastia en la Iglesia española, al igual que en otras partes del mundo, ha sido un tema de preocupación y controversia. Han habido casos documentados de abusos sexuales a menores por parte de algunos miembros del clero en España, el informe de la Conferencia Episcopal Española “Para dar Luz”, así lo recoge.
La pederastia es un delito grave y condenable en cualquier contexto, incluida la Iglesia. No obstante, es importante distinguir entre casos aislados de abuso sexual cometidos por individuos dentro de la Iglesia y generalizaciones sobre toda la Iglesia española. Al igual que en otras instituciones y organizaciones, ha habido casos documentados de abuso sexual a menores por parte de sacerdotes en la Iglesia católica en España. Estos casos han sido objeto de escrutinio público y han generado indignación y dolor tanto dentro como fuera de la Iglesia.
Desde hace algunos años, se ha debatido sobre la cuestión de la pederastia en la Iglesia católica en España. A pesar de que oficialmente se ha declarado que el problema es casi inexistente en España, ha habido investigaciones y denuncias que apuntan a la existencia de casos de abuso sexual infantil por parte de miembros de la jerarquía católica. El Vaticano ha tomado medidas específicas para abordar el problema de la pederastia en la Iglesia católica en España. En 2018, el papa Francisco convocó una cumbre histórica de obispos de todo el mundo para abordar el escándalo de la pederastia en la Iglesia. Como resultado de esta cumbre, se establecieron medidas y protocolos para prevenir y combatir la pederastia en la Iglesia, incluyendo la obligación de realizar investigaciones exhaustivas y de cooperar plenamente con las autoridades civiles en caso de denuncias criminales.
Sin embargo el informe “Para dar Luz” sobre abusos sexuales en la Iglesia que ha elaborado la Conferencia Episcopal no convence a las víctimas. Para ellas llega tarde: “La jerarquía católica española ha tenido durante décadas una actitud oscurantista. Hasta hace poco negaban que esto fuese un problema importante, decían que eran unas pocas manzanas podridas; mientras otras iglesias en el mundo eran golpeadas por el escándalo, la española decía que aquí eso no había pasado o que el problema no era tan grave”
La Conferencia Episcopal insiste en que, con este documento, “reconoce el daño causado” y pretende que la Iglesia sirva de acogida para “ayudar y escuchar a todas las víctimas”. Pero los afectados por estas agresiones sexuales creen que no siempre ha tenido esta voluntad. “Siempre ha intentado gestionar internamente el problema de la pederastia, lo ha visto como un pecado y no como un delito, que se soluciona desplazando a los agresores de sitio o imponiendo sanciones espirituales, pero lo que han demostrado los hechos es que la Iglesia no se puede investigar a sí misma; son delitos que deben ser afrontados por las instituciones civiles”, dicen los afectados.
Este es “el primer informe que se presenta en público” sobre abusos y pederastia en la Iglesia española, según el propio episcopado. El documento, cuantifica el número de denuncias que han recibido en sus oficinas de protección de menores desde 1945, un total de 927, y en él señalan a 728 acusados. Pero otros conteos duplican el dato: el de un diario como El País, que lleva desde 2018 investigando los casos de pederastia en España a través de numerosas fuentes documentales, eleva la cifra a 1.957 víctimas y aún sigue la investigación. Es fundamental recordar que la pederastia es un delito que debe ser investigado y juzgado por las autoridades competentes. La Iglesia debe colaborar plenamente con las investigaciones y asegurar que se haga justicia para las víctimas,
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