
Esta frase que se atribuye a Julio César y que según los historiadores, la habría dicho momentos después de cruzar el río Rubicón con sus legiones, se utiliza cuando se ha hecho algo que implica un punto de no retorno: una vez hecho, no hay vuelta atrás. Ahora estamos en ese punto, el voto que se deposita en las urnas, marcará ese punto de no retorno, lo votado, votado queda.
La expresión "la suerte está echada" es una frase que a menudo se usa cuando se siente que una decisión se ha tomado y que no se puede hacer nada más al respecto. Representa la comprensión de que una situación ha llegado a su ultima conclusión, que el destino ha sido determinado, que una elección fue tomada. Debido a que la expresión implica que un resultado es firme y determinado, esta puede dar la sensación de que las fuerzas externas son las únicas responsables de nuestro destino. No obstante, esta visión pasiva de la vida no representa necesariamente la realidad.
En política, esta frase se utiliza a menudo para referirse a los procesos electorales, como el de hoy, donde la ciudadanía hemos votado y los resultados son definitivos. En términos prácticos, esto significa que a quienes hemos elegidos y elegidas, deben aceptar y trabajar con el resultado de la elección, que es inmutable, ya sea que estén satisfechos con el resultado o no; pero no significa necesariamente que somos prisioneros de nuestro destino, tal vez no podamos controlar todo lo que sucede a nuestro alrededor, pero podemos influir en la forma en que respondemos a la situación y en cómo usamos nuestras experiencias para avanzar como ciudad.
Aunque nuestra vida diaria no esté siempre bajo nuestro control directo, esto no significa que nuestras vidas sean completamente ajenas a nuestra influencia. El éxito y la felicidad son el resultado de las decisiones que tomamos y de nuestras acciones. Estas acciones son el reflejo de nuestra auto-disciplina, nuestras metas, nuestras decisiones y nuestras relaciones con otros. Lo que salga de la urnas hoy, será una decisión personal y como tal, debemos asumir el resultado y, trabajar por todo aquello que hemos prometido, estemos formando gobierno o nos quedemos en la oposición.
La representación que ha otorgado las urnas no nos da patente de corzo, no nos habilita para manipular, trampear, conspirar para evitar lo votado. En democracia las mayorías son las que son y se articulan alianzas para conformar gobiernos. Se deberían tejer acuerdos con la única premisa del interés general, salvando las distancias ideológicas. En los días venideros y hasta la conformación de los plenos y parlamentos, oiremos informaciones contrastadas, otras no tanto, sobre posibles pactos, rumores, acuerdos, cesiones, enfados, deslealtades, intereses individuales, traiciones. Asistiremos a la construcción de un relato que de razón a nuestras acciones, o bien, quitemos la razón a quienes no nos interesa.
Este domingo 28 de mayo hemos ido libremente a depositar las papeletas en las urnas, por nuestra propia elección, por el deseo de cambiar o no, las cosas. Huyamos de los personalismos y la melancolía, hagamos posible que cada cual desde su bastión y defensa identitaria, con el compromiso de cumplir con el proyecto que sus bases han apoyado, hagamos posible esta ciudad. A esta hora, donde todo puede suceder.., “Alea lacta Est, la suerte está echada”.
























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