
El revuelo mediático protagonizado hace días por la adopción primero, luego maternidad subrogada y al final abuela de una niña por Ana Obregón, ha vuelto a abrir con inusitado brío el debate sobre los vientres de alquiler, los límites al deseo de tener hijos, o el hecho de que prácticas prohibidas en nuestro país puedan seguir siendo realizadas en terceros países siempre que lo permita el bolsillo. Reconoce que biológicamente es la abuela de la niña, pero asegura que legalmente es su madre y que ha sido engendrada con el esperma de su hijo, fallecido de cáncer hace ahora tres años. Unas declaraciones que han vuelto a levantar un torbellino mediático y que han sido calificadas por diversos comentaristas como una auténtica distopía.
La gestación subrogada es un tema controvertido que genera mucha discusión y debate en todo el mundo. El tema de si ser padres es un derecho es complejo y ha sido objeto de debate en diferentes contextos y culturas. En general, podemos decir que el deseo de tener hijos es una necesidad humana básica y universal, pero si ese deseo se traduce en un derecho legal es algo que depende de la legislación de cada país y de las interpretaciones culturales y éticas en juego. La Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada por la mayoría de los países del mundo, reconoce el derecho del niño a tener una familia y a ser protegido por ella.
Aunque para algunas personas puede parecer una solución a problemas de infertilidad o de otra índole, la realidad es que esta práctica atenta contra los derechos humanos y la dignidad de las personas involucradas. En primer lugar, la gestación subrogada implica la explotación del cuerpo de la mujer que actúa como gestante. En muchos casos, estas mujeres son de bajos recursos económicos y ven en la gestación subrogada una forma de ganar dinero. Sin embargo, en la mayoría de los casos, estas mujeres no tienen otra opción y son explotadas por las agencias que se dedican a este negocio.
Además, es una forma de tratar a los niños como objetos que se pueden encargar y comprar, lo que va en contra del principio fundamental de la dignidad humana y que puede dar lugar a la creación de familias disfuncionales. Por ejemplo, si un niño nace a través de un vientre de alquiler, puede tener dificultades para entender quiénes son sus verdaderos padres y cuál es su lugar en el mundo. Esto puede llevar a una gran cantidad de problemas emocionales y psicológicos para el niño, así como para los padres biológicos y la madre gestante. Hay que priorizar en el interés del menor y no en el deseo de ser padre o madre
Creo que la gestación subrogada plantea problemas éticos en lo que respecta a la selección genética y la eugenesia. Si los padres biológicos tienen la opción de elegir las características genéticas de su hijo, esto puede llevar a una sociedad en la que solo se permitan ciertas características genéticas y se discrimine a aquellos que no las tienen.
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