Gracias por tantos momentos compartidos, Román

Seguirás cantando con nosotros desde donde quiera que estés. Vete haciendo pruebas y  fichajes que así nos encontraremos con el coro medio hecho cuando llegue yo.

Gracias por tu prudencia, elegancia y  saber estar en todo momento.

 Gracias por tus explicaciones  sobre las canciones de tu época que yo no conocía. 

Gracias  por ofrecerme consejos y  siempre tus caramelos en mitad del ensayo.

Gracias por abrirme las puertas de tu casa y gozarme alguna que otra parranda.

Ha sido un placer que hayamos coincidido y hayas transitado por mi vida.

Gracias por todo. Siempre en mi corazón.

Hasta pronto,  querido Román .  Que tengas un bonito viaje y nos reencontremos en un tiempito.

Te echaremos de menos pero estarás presente en nuestros recuerdos y corazones. Seguro que con lo bueno que eres intentarás echarnos una mano a todos desde allá arriba.

Besitos volados al cielo  para ti y fuertes abrazos para tu familia en especial para  Tete, Yuli y tu nieta Lucía, que te adoran.