‘Colorao’: el arrullo del timple

Pretendo hacer una pequeña ‘semblanza’ de la trayectoria de Domingo el ‘Colorao’ (su ‘equipaje’ es bastante copioso y no sería honrado por mi parte dejar cosas fuera del ‘tintero’) y, al mismo tiempo una ‘remembranza’, asentar los sentimientos del que esto firma, con su hija Luana. Ambos son parte importante de mi vida. ¡Muchos años separan sus vidas pero el destino ha querido que hoy ‘coincidan’ en este mi ‘escrito’!

Me hago ‘acopio’ de unas fotografías que tienen su tiempo, como puede ser la del ‘Colorao’ con mi hija, que data del 8 de mayo de 2005. ¡Ha llovido un poco desde entonces! Y el primer artículo que le brindé a Domingo, tiene fecha de 12 de julio de 2000. ¡Casi 22 años y tuve que ‘partirlo’ en dos: la vida del personaje así lo ‘requería’!

Antes de entrar en materia, comentar que este viernes 28 de octubre de 2022, mi hija cumple 19 años en nuestra compañía, fue un 28 de octubre de 2003 cuando tuvimos la fortuna y la dicha de recoger un pequeño ‘regalo asiático’ de 18 meses: nuestra Luana.

Decir Domingo El ‘Colorao’ es hablar de ese instrumento ‘chiquito’ y muy entrañable para todo canario: el timple. Una de sus primeras obras la tituló ‘Timpliando’. Y en mi artículo que titulé “El arrullo del timple: Domingo el ‘Colorao’ (1, tuvo su parte 2)” Entre sus trabajos cabe destacar el homenaje a Blas Sánchez en el teatro Pérez Galdós, y la obra ‘Jable’ (la última puesta en escena, al menos la más importante según mi opinión), también en el ‘Pérez Galdós’. ¡Digna de escuchar y de ‘visionar’ mil veces!

Con un ‘elenco’ primoroso de cantadores canarios que acompañaron al ‘timplista’ en su puesta en escena, como Juan Carlos Pérez Brito, Pedro Manuel Afonso, Ico Arrocha, Mariví Cabo, Antonio Corujo, Ciro Corujo, Javier Cerpa, Manolo Estupiñán, Abelardo García ‘El Tormento’, Candelaria González, Beneharo González, Silvestre Ramírez, José Manuel Ramos, Fabiola Socas, José Manuel Toledo, Domingo Umpiérrez ‘El Cuco’, Clara Hernández, Carlos Oramas, Althay Páez, José María Dávila, Izan Ortega, Samuel Pérez, Esteban Ramírez, Nacho Rodríguez y Yeray Rodríguez, lo que hace que este sea un concierto señero para los amantes de nuestra música: de la música de gran ‘altura’.

No podría seguir el escrito sin hablar de Blas Sánchez con quien compartió un tiempo en París en donde Domingo aprendió una ‘enormidad’ al lado de ese otro gran genio de la guitarra, escultor, dibujante, poeta. ¡Vamos que se rodeo de la ‘crème de la crème’, dicho en francés ya que su estancia junto al ‘exiliado’ Blas era Francia: París!

Me he permitido comenzar mi ‘glosa’ (bastante densa) con dos estrofas con sones de una ‘polca majorera’ (no me exijan mucho que para eso está el ‘maestro de maestros’).

A Domingo El ‘Colorao’

Una ‘folía’ le canto

Pa’ que no sea tan llorón

Y le alegre el corazón.

Como vive en Tetir

En ‘Ferry’ tengo que ir

Para poder escuchar

Ese timple ‘acariciar’.

Para los que conocen al ‘catedrático’ del timple, sabrán el porqué de ese ‘apodo’ con el que todo el mundo lo conoce: El ‘Colorao’. Pues bien, mi artículo comienza en un ‘terrero’ y termina en otro. Ustedes lean y sabrán por qué lo digo. De pequeño, Domingo comenzó haciendo sus ‘pinitos’ en nuestro vernáculo deporte: “mano al calzón y a la espalda”. Ya saben a qué me refiero: la Lucha Canaria. ¡Un bello deporte!

Al ser de piel muy blanca (amén de un poco tímido) cuando tenía la ‘agarrada’, sudaba, como es normal en cualquier otra competición deportiva, en la ‘brega’, al hacer el esfuerzo que requiere la lucha y terminaba ‘sofocado’ y con los mofletes ‘coloraos’. ¡De ahí el apodo más que ‘cariñoso’ que recibió en su momento y así hasta hoy en día!

Pues bien, volviendo a esos dos artículos del año 2000 estaban escritos con el corazón, en ellos hablaba de un Domingo ‘sensible’, ‘meticuloso’, ‘profesional’, ‘disciplinado’ y ‘educador’ (al margen de ser ‘estudioso’ de la música). En su currículum en donde dice ‘ocupación’, pone ¡timplista! Así de claro y de contundente. ¡Es muy cierto: ‘maestro’!

En su trabajo “Timpliando” yo me permití el lujo de hablar de las virtudes de este maestro y de ese pequeño instrumento que ‘acaricia’ con tal dulzura que su sonido te embarga y transporta a otra realidad: la de un ‘catedrático’ de música que ‘apabulla’.

Sus manos, el ‘arma’ que utiliza para deleitarnos son como ‘pinceles’ que él utiliza a modo de pintor y con ellos va ‘desgranando’ una serie de notas que componen una melodía y nuestros oídos, el que ‘ama’ la música de verdad lo sabe, no pueden hacer otra cosa que escuchar ‘en silencio’ la armonía de esas notas sobrevolando por encima de nuestras cabezas y el ‘sonido’ celestial que Domingo deja salir de ese bello ‘timple’.

Que yo hable de El ‘Colorao’ no tiene ningún ‘mérito’. El mérito lo tiene nuestro personaje que no ‘para la pata’. A sus 58 años está más joven que los muchachos de 18 años de hoy en día. Su capacidad de trabajo es tal que ya quisiera Domingo que las semanas no terminaran en ‘domingo’ sino que tuvieran más días para seguir haciendo todo lo que él hace: cocina, compone, ‘timplea’ todo el día (me consta), enseña como profesor de música y ‘organiza’ eventos en los que él interviene o solo está presente.

Tuvimos un ‘grande’, tal vez el mayor ‘tesoro musical’: don Alfredo Kraus. No voy a poner en ‘paralelo’ a nadie: ¡Dios me libre! Pero si Alfredo fue mi pasión y vida, el que le va a la ‘zaga’ (guardando las distancias) es mi amigo, el ‘tocador’ del timple. Con esos dedos que se ‘encorvan’ y se pegan a las cuerdas del instrumento como ‘rejos’ de pulpo. Su adherencia es tal que parece como si esas cuerdas tuvieran ‘vida propia’. Pero, no. Son las manos de un artista que ‘emociona’, que ‘transmite’, que ‘embelesa’.

En mi segundo artículo (tengo que ser sincero y decir que la ‘primera parte’ no he podido encontrarla y ha sido buscada en dos ocasiones, pero mi memoria es buena y aún recuerdo a pesar de esos 22 años casi todo lo ‘escriturado’) hablo de la ‘elegancia’ con la que Domingo ‘acaricia’ el timple, lo ‘arrulla’. Igual que una madre ‘arrulla’ a su bebé en sus brazos, lo ‘mima’, lo duerme con alguna ‘nana’. De la misma manera El ‘Colorao’ deja que sus dedos se ‘deslicen’ a través de las cuerdas y provoquen en el oyente la sensación más agradable que cualquier sonido puede llegar a ‘deleitarnos’.

No quisiera terminar mi escrito sin hacer mención a una rima de su ‘Timpliando’ que dice: “el timplillo que usted toca siente como una persona/unas veces llora y ríe, otras ríe y llora/el timplillo que usted toca, siente como una persona”. ¡No falta ‘más nada’!

Y tal como comencé en un ‘terrero’ de lucha, lo acabo de igual manera. Este verano, agosto, estuvimos en Fuerteventura, la isla en que nació Domingo, donde vive entre Tetir y La Laja. Y el 6 de agosto se celebró el ‘29 Encuentro de Solistas de Tetir’, en el terrero de dicha localidad. Tuvimos la suerte de ese mismo día llegar a Corralejo y nos desplazamos por la tarde a ver la ‘luchada musical’. ¡Todo un bellísimo ‘espectáculo’!

El ‘collage’ que han visto con fotos de Domingo y su ‘compañero’ de fatigas, Juan Carlos (no quiero dejar a la teldense Mariví Cabo, fue vecina nuestra) y el de Luana, nuestra pequeña que ya lleva 19 años con nosotros y su hermana Tatiana (17 años) son parte de ese ‘homenaje’ o semblanza que he querido hacer a todo un ‘catedrático’ de la música ‘majorera’ y de todas las islas, que ha viajado por medio mundo y que ha llevado nuestro ‘folclore’ más allá de nuestras costas, con el ‘reconocimiento’ social.

Desde este rincón que me ofrece Teldeactualidad, te dedico Domingo mi artículo tan ‘familiar’ ya que tú casi formas parte de esta familia teldense (aunque yo sea ‘ciudadano del mundo’: Ifni, Madrid, Sáhara, Gran Canaria) que te aprecia, sobre todo el hombre de la casa y Luana también tiene algo que ver contigo. ¡Tu barba le gustó!

Espero que haya sabido ‘esbozar’ con este pequeño escrito algo de todo lo que llevas dentro de ese corazón ‘majorero’ del que tanto presumes y te ‘enorgulleces’. ¡Saludos!

Nota aclaratoria: Las fotos de Domingo y mi hija Luana se hicieron en el Parque Arnao de Telde el 8 de mayo de 2005 (era un ‘domingo’). Los artículos que me publicó el periódico La Provincia/Diario de Las Palmas el 12 de julio de 2000 (la segunda parte pues la primera ‘voló’), cayó en miércoles. ¡Mucho ‘Domingo’ aunque sea El ‘Colorao’!