Soy propietaria de Gordi, un caballo que tenía cedida a esta escuela ecuestre situada en el barrio de Las Huesas.
Una vez terminada la cesión por problemas derivados del caballo y su mala atención, es mi deseo permanecer en las instalaciones con el alquiler de un corral destinado a su habitabilidad, y desde ese momento (un mes aproximadamente), el titular de la escuela toma medidas de presión para abandonar el lugar.
Difunde rumores falsos con los demás clientes, se niega a dar clase a mi hija, utiliza a otra alumnas para menospreciar a mi hija con comentarios poco maduros, de forma inesperada se cierra el fluido de agua del corral que sirve para beber el animal...
Todo ello para que nos marchemos de allí y nos negamos, ya que no tenemos otro lugar cercano a nuestro domicilio para sus cuidados. Estamos estresados y no lo vemos justo!!
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